La novia del desierto

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Una Gaviota Lejos del Mar.

Durante el corto viaje que dura la película, el verborrágico vendedor y su parca acompañante son la dupla clásica de muchas historias de ruta donde cada personaje tiene algo que aprender del otro, aunque sea de forma involuntaria. Pero en el fondo lo que necesita Teresa no es alguien que le transmita una enseñanza, solo alguien que la distraiga lo suficiente de sus autoimpuestos deberes como para replantearse dónde está parada. Ve con nostalgia la vida que abandona, con ese hijo que amó y cuidó como si fuera propio pero que nunca lo sería, pero la mayor parte de sus sentimientos y motivaciones se las guarda para ella sola.

Es una trama donde todo lo que se espera que suceda, sucede; sin dejar mucho rastro en el camino, ni construir personajes o una historia mayor que el poco tiempo que dura la demora de Teresa antes de volver a su ruta, quizás un poco cambiada por motivos que -igual que sus problemas- se guarda más que nada para si misma.

Teresa no tiene mucha más alternativa que acompañarlo, aunque en el fondo tampoco tiene grandes deseos de completar su viaje. Poco a poco conoceremos de dónde viene y a dónde va, dejándose llevar por una vida al servicio de otros y poco margen para los deseos o sueños propios.

Botellas al sol:
Con el desierto sanjuanino casi como única escenografía, La Novia del Desierto tiene una puesta en escena austera que potencia la soledad y aislamiento de los que habla la historia, aunque no hace alarde de la belleza natural de la zona y prefiere enfocarse más en los silencios de su protagonista.

Conclusión:
La Novia del Desierto es una película correcta, con una historia muy simple que no deja mucho para resaltar. Apuesta por la intimidad y la introspección, forzándote a tratar de entender lo que sucede en la mente de un personaje que se resiste a exteriorizarse.