La nostalgia del centauro

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Egresado de la FUC, Nicolás Torchinsky es director de cine, sonidista y docente. Con “La Nostalgia del Centauro” concreta su opera prima, la cual será exhibida en el festival “FestiFreak” de la ciudad de La Plata.Próxima también a ser presentada en el Festival Internacional de Mar del Plata, la película es un acercamiento a la tradición gauchesca a través de un matrimonio de ancianos. A partir del retrato documental de esta pareja, que vive en los cerros de una localidad al norte de Tucumán, el director bucea en sus realidades, trascendiendo recuerdos, sueños y –porque no-la proximidad de la muerte.

“La Nostalgia del Centauro” es un documental de observación, con pocas intervenciones dialogadas, que prefiere explorar la magia de esos lugares y esos seres nativos que los habitan, con belleza tan singular, profundamente desconectados de la vertiginosa vida en las grandes urbes. Quizás la contemplación necesaria como para limitarnos a ser partícipes de esa magia ritual: el director capta con gran poder sensorial los sonidos de la naturaleza, como se aprecia la contundencia visual que exhibe remarcando la presencia del fuego en medio de la oscura noche.

Si concebimos la figura mitológica de los centauro, como las de seres salvajes, esclavos de las pasiones animales, son evidentes las marcas del paso del tiempo en dos personajes que parecen habitar otra época, en su propia ley universal, conformando la propia memoria de un lugar. La cámara captura la esencia de lo campestre, buscando reflejar los misterios que esa naturaleza oculta, con reminiscencias visuales que dejan ver una influencia estética del cine de Tarkovski.

Luego de haber circulado en los festivales internacionales de Reél (Suiza y Leipzig (Alemania), Torchinsky se estrena en el plano local, concibiendo una sensible visión del mundo desde el retrato de dos seres anónimos para la sociedad.