La noche más oscura

Crítica de Juan Campos - Loco x el Cine

Mezclemos Homeland con The Wire y nos quedará la película que busca quedarse con todos los Oscars este año.

Por un momento, dejemos de lado los debates que surgieron alrededor de La Noche Más Oscura (Zero Dark Thirty, 2012) y pensemos puramente en lo cinemático. Está bien que la película tiene una decena de problemas morales, éticos y humanos con los que cualquiera que no sea pro-guerra se escandalizaría, pero meternos en ese lugar nos llevaría a hacer una nota meramente política, y no es la idea. Vamos, sin embargo, al trabajo de Kathryn Bigelow como directora, que pone su pié con fuerza sobre la temática “guerra-contra-el-terrorismo” y cuyo resultado es bastante superior al de su atecesora, Vivir al Límite (The Hurt Locker, 2008).

La historia de La Noche Más Oscura es, dicen, real. Hay una agente encubierta de la CIA que trabajó durante años con un solo propósito: cazar a Osama Bin Laden. En la película ella es Maya (Jessica Chastain), quien deja su vida en esta labor, en un papel bastante similar al que Claire Danes hace en la serie Homeland, en donde por momentos parece que ella está sola contra tanto contra los terroristas como contra la misma gente que trabaja a su lado.

La película está claramente dividida en varios actos, en donde vemos desde el atentado a las Torres Gemelas, pasando por los interrogatorios clandestinos, las escuchas y rastreos de células terroristas, hasta llegar a la accidentada misión que dió con el mayor ideólogo de Al-Qaeda, y eso – si bien ayuda a la narración- es un poco anticlimático, tanto que en lugar de darle un vértigo parecido al que usara Ben Affleck en Argo (2012) queda más similar a un documental ficcionado. Tal vez esta haya sido la idea de Bigelow, como para poner un manto de realismo, pero si hablamos de cine, este recurso no es tan útil.

La Noche Más Oscura tiene un tinte claramente político, y el argumento va por ese lado hasta llegar hasta la última media hora, cuando la gente se pone en acción y el suspenso se apropia del ambiente, creando un clima asfixiante, sin más sonido que el que vemos en pantalla. El guión de Mark Boal es sólido, y si bien ya mencionamos que la forma de narración tal vez no sea la ideal, el argumento no tiene ningún bache notorio.

Cuando Vivir al Límite se llevó la noche de los Oscars, Estados Unidos vivía en otra realidad, con otras políticas y otro presidente. Hay que ver si ahora La Academia le da la derecha con su nuevo trabajo, tan opuesto al discurso de Obama, o la deja pasar. Eso no lo sabremos hasta que sea el momento. Mientras tanto, deshaganse de prejuicios e ideales y denle una oportunidad a esta película políticamente correcta para algunos, políticamente incorrecta para otros, o incluso una vejación a la moral y a los derechos humanos para muchos otros. La desición final deben tomarla ustedes.

@JuanCampos85