La noche más oscura

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

Pirotecnia Zero

Después de haberse hablado mucho al respecto llegó Zero Dark Thirty titulada en nuestras carteleras como La Noche más Oscura, último film de Kathryn Bigelow, nominado esta vez a cinco premios Oscar. El film continúa con la estética propuesta por la directora en Vivir al Límite y también con la hipótesis de aquella sobre la relación entre el hombre y la guerra.

Vivir al Límite coqueteaba con la idea de la adicción a la guerra, entendiéndose ésta como el agente que llena un "vacío angustioso" en la vida de un individuo, mostrando la desolación que implicaba el alejamiento del campo de batalla para James, su protagonista. Esta idea no es nada novedosa, ya Apocalypse Now la desarrollaba magníficamente y de manera no tan epidérmica como en ésta sin limitarse a desarrollar una única idea sino utilizándola como contexto para un relato que servía como metáfora para narrar (y criticar) la historia de la cultura occidental. En este sentido La Noche más Oscura toma esa adicción antes planteada por la directora y la convierte en obsesión ya que Maya, al contrario de James, no puede conseguir el efecto de liberación de concretar la tarea que asedia su mente. Si dejamos de lado las diferencias psicológicas entre ambos casos, no hay nada nuevo bajo el sol, Zero Dark Thirty utiliza las mismas estructuras y la misma estética (en cuanto a edición, puesta de cámara y sonido) que su predecesora con una diferencia contundente, en Vivir al Límite la narración tenía momentos en donde la directora inteligentemente le daba oxígeno al relato descomprimiéndolo por un lado y dándole realismo a la vez, sus personajes tenían pausas en el medio de los picos máximos de tensión y eso daba resultados muy positivos, La Noche más Oscura en cambio, y si se me permite la metáfora, está toda oxigenada, es el negativo de aquella otra si se quiere, acá los momentos de tensión son contados con los dedos y son logrados gracias a la dirección de Bigelow pero la historia no engancha tanto, y lo peor, por momentos parece no desear enganchar al realizar una narración tan fría, al privarnos de las emociones de los personajes o él personaje (Maya) y al no desarrollar ninguna subtrama atrayente que mantenga un ritmo variable.

Esta frialdad de la que hablo es en La Noche más Oscura una decisión, la forma en la que se estructura el relato, en base a secuencias con un fuerte subrayado temporal que le dan estética de crónica y por ende con elipsis temporales igualmente marcadas tienen sin duda el fin de dar cierta apariencia "objetiva", algo sumamente tonto pero que sin dudas se para frente al dispositivo fílmico de la misma vereda que se para la gente que cree que el documental también es objetivo. Lo que Bigelow decide mostrar y lo que no es propio de su visión, es por eso que narra el 11-S sólo con audio sobre una pantalla negra y muestra con detalles el atentado de Londres. Esta necesidad de objetivizar es en realidad una necesidad de no hacerse cargo, de intentar que la imagen hable sin que el director o el guionista detrás queden al descubierto pero, ¿con qué intenciones?, tal vez aún es muy temprano para realizar este tipo de revisiones.

La postura del film sobre "el mal", es bastante interesante. Culturalmente siempre hubo dos concepciones del mal y por ende dos concepciones del enemigo como figura, una nos muestra que el mal es un ente totalitario encarnado por una misma figura que es la encargada de verbalizarlo, una visión bastante amistada con las religiones y que también fue, por ejemplo, una de las bases de la campaña de Bush que trasfirió toda la maldad a la figura de Bin Laden, dándole poder por un lado y deshumanizándolo por el otro. En la otra visión, en cambio, el enemigo (el "otro") tiene muchos rostros, en esta visión se fundó el cine de acción Hollywoodense otorgándole al enemigo diferentes nacionalidades. Lo que esta última visión hace, al ser claramente opuesta a la anterior, es darle mayor poder al héroe, al encargado de destruir al mal. En La Noche más Oscura su protagonista, Maya, parece ser la única (uno de los motivos pero no el único es la obsesión de la que ya hablamos) que está empecinada con Bin Laden, al resto no le importa su paradero, entonces, ambas visiones de la maldad chocan y resultaría interesante ver las motivaciones que forman cada uno de esos paradigmas sobre el enemigo pero la película no se detiene a desarrollarlos. De igual manera es interesante cierto juego entre los personajes y los monitores que pudieron haber sido un mecanismo interesante para explicar lo que significa una guerra en el tiempo de las telecomunicaciones pero tampoco, uno de los encargados de las torturas le dice a Maya "No está mal ver a través del monitor" mientras ella ve las quejas de un hombre al que acaban de golpear y eso es todo.

El uso de la cámara temblorosa es mucho más prolijo que en Vivir al Límite y eso hace que por momentos algunos planos junto a la excelente iluminación que maneja la película den encuadres muy bellos pero tampoco llega a tener la perfección fotográfica que por momentos logra el documental Armadillo que en cuanto a este tema sigue siendo uno de los mejores exponentes. El montaje sobre todo en la secuencia del asesinato de Bin Laden es muy bueno cumpliendo con una estética bastante propia del videojuego y que también da que pensar, sin embargo, el guión no tiene ni profundidad ni tensión, entonces el film se hace largo por momentos, no es una película de acción, pero tampoco es una película fuerte en la tensión mediante los diálogos como El Topo (la de Tomas Alfredson, no la de Jodorowsky) ni tampoco tiene un manejo interesante del fuera de campo y de los objetivos de los personajes como Argo, en fin, mucho de lo que pasa lo entendemos por nuestro conocimiento de los hechos por lo que no funciona como revisión histórica y hay una necesidad de mostrar la violencia de un lado y del otro como justificación, algo que en el film termina por sacarle peso al drama.

La Noche más Oscura es una buena película y eso es gracias a secuencias con una muy buena dirección y a por ejemplo la actuación de Jessica Chastain que tuvo un trabajo realmente difícil ya que tuvo que transmitir más que el guión mismo para llevar el film adelante; pero si como yo esperaban recibir guiados por la crítica estadounidense a algo así como "la película de la década", título que también le habían dado a Vivir al Límite, van a tener que guardar la pirotecnia porque este estreno viene algo sobrevalorado.