La noche del demonio 2

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

Visitas del más allá

Una casa deshabitada, un hospital abandonado, un vestido de novia negro, un padre poseído, música escalofriante, fantasmas, muñecas y una visita al más allá forman la fórmula exacta para que una película de terror sea buena.

Con la dirección de James Wan (“El conjuro”), la segunda parte de “La noche del demonio” es una de las películas de terror mejor logradas de los últimos cinco años.

Los momentos de tensión constantes signados por posesiones y embrujos hacen que sea una película perfecta para disfrutar del buen cine de terror sin abusar de la sangre ni de los efectos especiales.

Durante los 105 minutos de la película, el espectador está aferrado al asiento, con el corazón latiendo a mil por hora y por momentos, hasta cerrando los ojos por miedo a lo que está por verse. Es así, porque este filme cuenta la historia de una familia que lucha desesperadamente por descubrir un terrorífico secreto que los dejó peligrosamente conectados con el mundo de los espíritus, que necesita la energía de los vivos para alimentarse.

Una película que se mueve en el thriller y el terror con una excelente fotografía y muy buenas actuaciones, donde las maldiciones son las verdaderas protagonistas.