La noche de la expiación

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

El título correcto

Antes de ver este film me chocaba la conversión del título original (The Purge) en La Noche de la Expiación, sin embargo, después de ver la nueva película de DeMonaco queda claro que está más cerca de la variante latina que del título original. La palabra Purga supone una acción directa e inmediata, una expulsión del organismo o en este caso del organismo Estado de lo que resulta tóxico. DeMonaco deja en claro con ese trazo grueso que lo caracteriza que lo que se expulsa es a las clases bajas. Ya con su guión de la remake de Assault on Precinct 13, este director (acá oficiando de guionista) cercenaba la obra de Carpenter en pos de una literalidad salvaje en cuanto a crítica social que terminaba diluyéndola.

La Noche de la Expiación es tan rebuscada como su título latinoamericano. DeMonaco no puede sostener una premisa que se le va de las manos y empieza a dejar baches argumentales en cada giro del guión. Por otro lado, otro acierto de esta fatal traducción, radica en la doble moral encerrada en la palabra Expiación. Ese olor religioso que despide parece ser el espíritu de un film que usa como base el "que mal está nuestra sociedad" pero termina revelando que la única salvación posible está en armarse hasta los dientes (no olvidarse nunca de poner un revolver en manos de tu hijo menor). Esa misma doble moral esta explícita en el término mismo que designa la acción por la cual una persona puede limpiar sus pecados a través de un tercero al que necesariamente debe sacrificarse (y acá hablamos de matar).

En la película los personajes caen en el absurdismo de un Dios Director que los obliga a realizar actos injustificados y en donde un sistema de compuertas cerradas herméticamente y mostradas con detalle pueden convertirse en una simple reja de un plano a otro para que su guión continúe funcionando. En donde puede tomarse a un personaje rico por su carácter enigmático como fue el asesino rubio de Funny Games y calcarlo en otro contexto como si funcionara por sí mismo y en donde un film que debería pertenecer al género de terror intenta convertirse en un drama con moraleja a base de clichés.

Los montajistas intentan ponerle onda a las secuencias de acción para hacerlas (aunque sea) funcionales pero lo rodado, rodado está y no hay mucho por hacer para mejorar este film flojo que arrancó con una excelente premisa.

Felicitaciones a los encargados de poner los títulos a los films porque esta vez realizaron un magnífico trabajo al interpretar a esta flojísima película.