La niña del sur salvaje

Crítica de Mauro Jacobo - Cinélico

La belleza marginal

Que valioso que es para el mundo del cine cuando se logran crear trabajos como "La niña del sur salvaje", una película que mezcla la cruda realidad que enfrentan algunas personas en el día a día con las fantasías más estimulantes que se pueden ver en la gran pantalla. El director Benh Zeitlin hace un gran debut en largometrajes ofreciendo una historia de producción chica pero con un corazón enorme.
Hablando con amigos y conocidos me di cuenta de que pocos tenían alguna información certera acerca de la temática del film, no sabían bien si se trataba de algún tipo de fábula fantástica (en cierta forma lo es) al estilo "El laberinto del fauno" o si se trataba de un drama de corte independiente con ritmo europeo. Esto habla un poco acerca de la pobre promoción comercial que suelen tener los films independientes en nuestro país. Bueno, siguiendo con la reseña, diría que "La niña del sur salvaje" es un ensayo personal y reflexivo que hacen los escritores, Lucy Alibar y el mismo Benh Zeitlin, acerca de los desafíos que nos impone la vida, el desafío de madurar, de enfrentar las adversidades y aprender a sobrevivir en un mundo bello pero hostil, todo esto desde la mirada de una niña de 6 años que vive en un asentamiento muy humilde en las afueras de Nueva Orleans, al sur de Estados Unidos. La pequeña actriz Quvenzhané Wallis es quien interpreta a Hushpuppy, protagonista de esta historia y gran motor de la propuesta de Zeitlin. El personaje ya de por sí es increíble, inspirador, renovador, pero al combinarlo con el carisma y la naturalidad de Wallis, cobra un nuevo sentido y maravilla al punto de generar risas por regocijo involuntarias. Hushpuppy actúa como pilar de la historia, sostén de un relato que innova y nos viene a decir que hay belleza en la marginalidad, una belleza salvaje que convive entre la humildad y la tragedia. La narración no es de lo más convencional y entremezcla los aspectos reales con los fantásticos, pero ¡ojo!, no tiene el nivel de fantasía de "El laberinto del fauno" por ejemplo, por lo que si estás esperando algo al estilo, con muchas intervenciones fantasiosas, quizás te decepciones. Aquí los aspectos de fantasía son más sutiles, más austeros, pero de todas maneras se las arregla para llevarte a un mundo hipnótico del cual resulta difícil no enamorarse.
La fotografía del film y los primeros planos de esas caras salvajes, bien curtidas, bien del sur pantanoso estadounidense, son muy buenos. Quizás la historia no le parezca cosa del otro mundo a algunos espectadores, pero en lo técnico es realmente irreprochable.
Una aventura en miniatura que vale la pena disfrutar, que bien puestas tiene sus 4 nominaciones a los Oscars 2013 y que te va a sumergir, aunque sea por un ratito, en un mundo marginal y atractivo plagado de bestias salvajes.