La muralla criolla

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

Acerca de la idea de Nación construida sobre la división y el enfrentamiento, el cine argentino tiene en Tierra de los Padres de Nicolás Prividera su ejemplo más exasperado: la confrontación de textos escritos por autores argentinos entre mediados del siglo XIX y fines del siglo XX, leídos entre las tumbas del cementerio de la Recoleta, signó una época.

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No es que La muralla criolla que se estrena este próximo jueves sea una continuación del documental de Prividera, pero hay en su postura rigurosa y firme en torno a la construcción de la zanja de Alsina, en la década de 1870, una relación con ese relato histórico de lo nacional como la territorialización de la fronteras entre la civilización de la barbarie. Dicotomía central de la historia de la Argentina: “Un foso es poca cosa pero cuando tiene 400 km de largo es respetable, adquiere un nivel casi dramático.” Ese foso sumamente criticado en la época de su construcción parecía ser una utopía fantasmagórica, sin embargo existió, se realizó y no queda rastro de él.

El director de La muralla criolla, Sebastián Díaz (Mataperros) es platense. Logra en tan solo 68 minutos, no solamente informar sino interpretar la importante cantidad de materiales de investigación, fotografías, mapas, artículos de periódicos, documentos y cartas de los caciques indígenas, y se da tiempo para intercalar animación en algunas escenas que vuelven al documental más atractivo y curioso.

Muy interesante la exploración sobre el terreno que cubre las ciudades de Carhué, Guaminí, Puán y el pueblo fantasma llamado San Mauricio y los testimonios de historiadores locales, que van haciendo de guías frente a los restos de fortines, las plazas y los monumentos de los generales (algunos, dorados, otros multicolores como el de Levalle en Carhue)

Las investigaciones sobre la construcción y en ocasiones los mitos en torno a esa “muralla para abajo”, también conocida como la segunda edición de la muralla china, que con sus 400 km partía en dos la provincia de Buenos Aires y que originalmente iba a tener el doble de extensión e iba a extenderse desde el sur de la procvinica de Córdoba hasta Nueva Roma, muy cerca de Bahia Blanca. Junto al foso: una red de telégrafos y fortines completaban la acción de avance sobre lo que Roca denominaba el desierto argentino: “Nuestro plan es contra el desierto para poblarlo. No contra los indios, para destruirlos.” Son muy importantes los testimonios del historiador Marcelo Valko y de Osvaldo Bayer siempre con su lucidez política.

Matanza hereda matanza. Genocidio hereda genocidio. Frase muy contundente que lanza la película y que nos puede hacer pensar en los tiempos nuestros, de nuevos y fatídicos muros utópicos.

Estreno: 2 de noviembre
CineAR Sala Gaumont
Av. Rivadavia 1635
y plataforma CineAR Estrenos

SALA 1
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