La mujer rey

Crítica de María Paula Iranzo - Cine Argentino Hoy

Artistas a lo largo y ancho de la industria demuestran su versatilidad y capacidad, y no dejan de sorprender. Este es el caso de Viola Davis, protagonista de La Mujer Rey, film que se estrena en cines el próximo 29 de septiembre.
La acción se centra en las Agojie, un ejército de guerreras del reino de Dahomey, en África Occidental a principios del siglo 19, y en su líder, Nanisca (Viola Davis), mientras entrena a una nueva generación de reclutas y las prepara para una batalla que amenaza su modo de vida y su libertad.
Más allá de toda licencia dramática, este ejército de mujeres verdaderamente existió; arrasaban aldeas y cortaban cabezas. Establecieron el predominio de Dahomey por sobre los otros reinos y eran llamadas “Amazonas” por los europeos, debido a su semejanza con las guerreras de la mitología griega. Marcaron tanto la historia que son la fuente de inspiración de las Dora Milaje, tan conocidas en el Universo Cinematográfico de Marvel por Pantera Negra. Por falta de mejor término, fueron grosas.
Si se necesita una razón para verla, es esa. No todos los días se ven relatos así. Además, no solo es empoderador para las mujeres, si no también para las personas afrodescendientes; esta es la representación que se busca y se ha pedido tantas veces. Díganle a Hollywood que es por acá.
Otro de los grandes puntos a favor es ver a alguien como Viola Davis tomar este papel a sus 57 años. Fuerza, vigor y vulnerabilidad se hacen uno en ella y siempre es un placer verla en pantalla grande.
Uno de los conflictos es quizás su duración, las poco más de dos horas pueden resultar demasiado y un poco pesadas, con algunas escenas de más, pero lo repara con unos exteriores que valen la pena. Otro es el dato histórico no tan alegre de la participación del reino en la venta de esclavos africanos, lo que la cinta no esconde, pero sí aliviana.
Más allá de todas estas circunstancias, La Mujer Rey sirve de inspiración de la misma forma que Pantera Negra, y eso sí que vale la pena.