Mujer Maravilla

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Después de muchos anuncios, postergaciones, y proyectos cancelados; finalmente, se estrena Mujer Maravilla. Un personaje creado en el papel por William Moulton Marston en 1941, inmortalizado en carne y hueso por la serie de TV (1975-1979) protagonizada por Linda Carter, con una iconografía instalada por esta última difícil de despegar.
Es también el cuarto film del intento de DC Comics por crear un universo propio de películas interconectadas iniciado en 2013 por Hombre de Acero, y cuyo último capítulo, Escuadrón Suicida, había dejado un sabor más bien amargo en el público.
Ese es el camino que recoge esta Mujer Maravilla (personaje que ya se nos mostró satisfactoriamente en Batman Vs Superman) con una primera escena introductoria, relacionada con la mítica Wayne Corp., y que servirá de anclaje para que se nos cuenten los orígenes de la amazona.
Virtualmente divida en tres etapas, el guion creado por Allan Heinberg sobre una historia creada por este con la colaboración de Zach Snyder y Jason Fuchs nos presenta en un primer momento la formación de Diana en la isla Themyscira. Hija de la reina Hipólita (Connie Nielsen), que intenta en vano mantenerla alejada de actividades” guerreras”.
Diana se siente atraída por las clases de la instructora Antiope (Robin Wright) y, por supuesto, desobedeciendo a su madre, terminará recibiendo preparación sin saber el riesgo que corre; claro, hay un secreto que envuelve a su persona, Diana no es cualquiera de las amazonas que habitan en la isla.
Cuando Diana crece, en ese entorno aparado del mundo exterior, son más las dudas que las certidumbres. Hasta que en la isla irrumpe una avioneta estrellándose en el océano que traerá consigo al piloto espía de la Primera Guerra Mundial Steve Trevor (Chris Pine), quien accidentalmente terminará descubriendo la isla.
Aquí comienza la segunda etapa del film en el que se formará la relación entre Diana (Gal Gadot) y Steve, y ante una invasión de los alemanes, se forjará el destino de abandonar la isla y acompañar a Steve “al mundo”, para terminar con lo que ella supone, es el Dios que contamina de violencia a los humanos, enquistado en los alemanes.
La tercera etapa, claro está, será la que verá nacer a la Mujer Maravilla en todo su esplendor.
Estos tres períodos también son diferentes tanto estética como narrativamente, siendo el primero de ellos el más llamativo. Themyscira se ve esplendorosa, la presencia de Nielsen y Wright enaltece a aquellas guerreras feministas que no necesitan de la presencia del hombre para imponerse.
El combate durante la invasión alemana quizás abusa de los ralentíes, pero esto mismo lo hace visualmente poderoso. La narración crea un misterio que, aunque obvio, se sostiene, y logra que nos interesemos por el destino de Diana.
La relación de Steve y Diana y la llegada a Inglaterra, marcarán las fuertes referencias con la serie televisiva. Fuerte implementación de comicidad, de estilo clásico, nuevamente de tono feminista, y con el doble sentido entre “la pareja” a la orden de día. Algunos podrán notar que a historia parece no avanzar durante esta parte, la comicidad es abundante, y hasta algo ridícula. La bajada de línea es típica, directa, y se arrojan una cantidad de datos sobre la Primera Guerra Mundial a la que, lo mejor que podemos hacer es tomárnoslo en solfa. Se habla de buenos y malos, hay imprecisiones históricas, y varios etcéteras. En definitiva, no estamos frente a una película que intente educar históricamente.
Sí es acertado estéticamente, con un cambio rotundo de colores, pasando del brillo de Themyscira a la opacidad de una guerra dolorosa.
Cuando finalmente llegue el tercer acto, propio de película de superhéroes, la narración pierde algo de su eje, y las imágenes abruman con un CGI demasiado irreal, en contra posición con la sobriedad y clasicismo expuesto anteriormente.
Gal Gadot no recibirá premios a mejor actriz, lo suyo interpretativamente es limitado, pero le sobra carisma y garra, se entrega al personaje, tanto de Mujer Maravilla como de Diana Prince, y tiene química con Pine; convirtiéndola en un gran acierto para el papel.
Lo mismo podríamos decir de Pine, en un tono cómico inocente, heroico de segundo plano, y de galan clásico; convence.
Los villanos compuestos por Danny Huston y Elena Anaya carecen de un gran peso, y se hace obvio que habrá una vuelta de tuerca. Sí convence el trío conformado por Saïd Taghmaoui, Ewen Bremner, y Eugene Brave Rock como los “soldados” que formarán ese grupo cuasi para militar junto a Diana y Steve.
Patty Jenkins, recordada por la sorpresiva Monster, impone otro personaje femenino fuerte, un universo en el que las mujeres pelean a la par en un mundo que parecía dominado por el hombre. Estos no suelen ser films en el que los directores tengan un gran control creativo, aquí su mano se nota.
Clásica, entretenida, muy épica, y llevadera durante sus dos horas veinte sin decaer; aún con varios altibajos, Mujer Maravilla es un exponente convincente de este tipo de propuestas. Atrapará tanto a los seguidores del comic, de la serie, y a los recién llegados; no es para nada poco.