Mujer Maravilla

Crítica de Diego De Angelis - La Izquierda Diario

La ocupación de un lugar

Se estrenó "Mujer maravilla", dirigida por Patty Jenkins. Basada en el personaje de DC Comics, escrita a dúo por Allan Heinberg y Geoff Johns, que tiene como protagonista a una superheroína.

Después de tanto superhéroe acomplejado y conquistador, será esta vez una mujer la encargada de salvar el mundo. Basada en el personaje de DC Comics, Mujer maravilla (2017), dirigida por Patty Jenkins, escrita a dúo por Allan Heinberg y Geoff Johns, tendrá como protagonista a una superheroína. Circunstancia de sentido no menor, si se tiene en cuenta el universo narrativo en el cual la película se inscribe, ocupado hasta el momento por los hombres y sus grandes poderes.

“Yo quería salvar el mundo” será justamente lo primero que anuncie en voz en off la protagonista. En Paris, Diana Prince (Gal Gadot) recibirá una fotografía en blanco y negro en la que aparecen un grupo de hombres y una mujer. El origen de la fotografía y de esa mujer rodeada de hombres se convertirá en el punto de partida de una historia cuya procedencia mitológica será narrada con no poco disimulado didacticismo.

En una isla paradisíaca viven las Amazonas, un grupo de mujeres guerreras en plan de entrenamiento permanente, creadas por el dios Zeus para infundir la paz entre los hombres y defenderlos de Ares, el dios de la guerra, enojado con su padre por la creación imperfecta de la humanidad. Desde el comienzo, para demostrar la capacidad combativa de las mujeres, el film de Jenkins exhibirá un manejo un tanto excesivo de la cámara lenta que terminará por erosionar en gran medida su eficacia posterior. La princesa Diana, hija de la reina del matriarcado, deseará desde pequeña convertirse en guerrera, pero deberá primero convencer a su madre, quien por extrañas razones se lo prohíbe. Diana insistirá montada sobre su propio deseo, acaso determinado por una descendencia que aún desconoce.

Sin embargo, un día caerá del cielo un avión en picada conducido por un espía estadounidense. Desde los tiempos de la Primera Guerra Mundial, Steve Trevor (Chris Pine) llegará para contarles a las Amazonas sobre la guerra que se lleva a cabo en Europa, guerra determinada por nuevas armas de destrucción masiva, en especial por la invención de un gas mortal producido por una mujer bajo las órdenes de Erich Ludendorff (Danny Huston), un despiadado general del Ejército alemán. El fin del mundo se avecina. Diana viajará entonces con Trevor hacia el frente de batalla para combatir y enfrentar el mal. Entre ellos se producirá una inmediata atracción amorosa. En una divertida escena que preanuncia el romance, Diana no tendrá problemas en afirmar la independencia de la mujer respecto a su propio placer: no necesita del hombre para conseguirlo. La relación que establezcan ambos personajes y otros que aparecerán luego se constituirá en un punto fuerte de la película.

Una vez allí, cuando pueda ver con sus propios ojos la guerra, Diana dará rienda suelta a su ferocidad guerrera. Por fuera de un gobierno de burócratas ingleses que negocian el armisticio a costa de la muerte de inocentes, junto a un grupo de hombres infrecuentes y adorables -el espía, un contrabandista, un borracho y un indio- que la acompañan pero sin eclipsar su poderío, enfrentará en la clandestinidad al enemigo alemán.

La película de Jenkins oscilará a partir de ese momento entre el despliegue de notables escenas de acción, en las cuales será posible apreciar la destreza de la mujer maravilla en todo su esplendor, y aquellas otras colmadas de palabras ansiosas por subrayar su mensaje. La sensación de escándalo antibelicista, sin referencia al origen político subyacente, invadirá la trama. Momentos de histeria y solemnidad que perturbarán la acción y entorpecerán la fluidez del relato.

Mujer maravilla permitirá, por un lado, la posibilidad de preguntarse críticamente por el orden de representación de la mujer en el ejercicio, por primera vez en este tipo de megaproducción, de la función estelar. Esto es: hasta dónde sería posible reconocer en el film una mirada feminista. Si la película se propone, desde una perspectiva de género, tan solo ocupar un lugar siempre reservado al hombre o si logra a partir de esa ocupación o conquista promover otro tipo de heroína, fundado a partir de características propias y no típicamente masculinas.

Por otro lado, el nuevo film de la factoría Warner Bros y DC Comics no dejará de evidenciar los mismos problemas que muestra su prontuario, aun cuando puedan destacarse sus ciertas virtudes y hallazgos.