Mujer Maravilla

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Superheroína bravía, pero no muy apta para romance

Pensar en un superhéroe de historieta, ya sea Batman o Superman, es pensar en una serie de aventuras sobrenaturales en un ambiente urbano y relativamente contemporáneo, como el de Ciudad Gótica o Metrópolis. Por eso esta versión para cine de la popular Wonder Woman ofrece algo bastante novedoso: una superheroína que se desenvuelve en un contexto épico y de época.

Según las historietas originales de DC Comics, Diana, más conocida como la Mujer Maravilla, vino de la isla de las Amazonas creada por el mismísimo Zeus y se encaminó a luchar contra los villanos alemanes, que en la vieja serie de TV protagonizada por Lynda Carter eran villanos nazis, y que en esta película se transforman en los esbirros del Kaiser de la Primera Guerra Mundial. Por eso, los mejores momentos de esta nueva "Wonder Woman" incluyen espectaculares combates de las amazonas armadas con flechas y espadas contra soldados alemanes con fusiles y ametralladoras, y hasta una gran escena con Diana liderando a los soldados franceses hacia la tierra de nadie en la guerra de trincheras. Estos climax épicos se intercalan con algunos divertidos gags referidos al choque cultural de la amazona en medio de Londres, y los interludios románticos entre la pareja protagónica formada por la heroína Gal Gadot y el espía inglés Chris Pine. Como la pareja no saca muchas chispas en lo romántico, y con más de dos horas y demasiados elementos distintos a reunir, la película se vuelve larga y despareja, más allá de sus cosas atractivas. Por ejemplo, la desfigurada y malísima científica alemana encarnada por Elena Enaya.