Mujer Maravilla

Crítica de Agustín Villegas - Loco x el Cine

Hacía años que Warner venía prometiendo una película basada en la querida Wonder Woman. Miles de rumores, proyectos cancelados, nombres considerados y falsas esperanzas nos golpearon en la mandíbula al punto de perder toda esperanza. Un día la compañía anunció que Batman y Superman iban a tener un versus cinematográfico y que la israelí Gal Gadot iba a ponerse en la piel de este icono para formar la mítica trinidad que comenzaría un universo cinematográfico que llegó tarde a la fiesta. Con la obsesión de igualar a Marvel Studios y sus redituables Avengers, el proyecto terminó siendo una parafernalia desprolija que fusionó tantos arcos comiqueros que no dieron espacio a una historia pura y original.

Pero entre tanto caos, el personaje de Gadot (el cual todos acusaban de ser sobrante en la fórmula) se ganó al corazón de los fans y su película individual se convirtió en uno de los films más anticipados. Su pequeña participación mostró a una Diana Prince fresca, fuerte y con una presencia tan contundente en sus escenas que opacaba a los mismísimos protagonistas de la idea. Claro que después de Escuadrón Suicida las ganas de seguir dándole oportunidades a DC fueron disminuyendo, lo que me obligó a pensar que Mujer Maravilla iba a limitarse a una gran interpretación y ya. ¡Sin embargo! Resultó que me topé con una de las mejores películas del género superheroico, y no exagero.

El viaje de la heroína es, sin lugar a dudas, una sucesión de eventos prolijos y plasmados en pantalla de un modo tan perfecto que no deja de atrapar. La directora Patty Jenkins no sólo recrea la guerra increíblemente, sino que logró que cada escena de acción tenga lo justo y necesario para que no podamos despegar los ojos de la. Los planos, la fotografía, la paleta de color, los contrastes… artísticamente la película supera a muchas otras del género. Con un guión emocionante, dramático y lo suficientemente cómico, la historia cuenta con una fluidez mágica que nos hace olvidar de los otros fiascos y nos revela que Geoff Johns fue una decisión más que acertada para comenzar a ordenar el universo cinematográfico de DC Comics.

En el legendario pueblo de las amazonas, la princesa Diana (Gadot) buscará a toda costa convertirse en la guerrera más rendidora de su clan. Con ayuda de su tía Antiope (Robin Wright) y dejando de lado las prohibiciones de su madre, la reina Hipollyta (Connie Nielsen), la heroína se convertirá en la última esperanza del planeta cuando un piloto americano, Steve Trevor (Chris Pine), caiga en su tierra y le cuente las desdichas que el planeta está pasando a causa de la descarnizada I Guerra Mundial. Esto convencerá a la futura Wonder Woman de que Ares, el dios de la guerra, regresó de su exilio para corromper al hombre y lograr que destruya tanto a su prójimo como a sí mismo.

Claro que es imposible no comparar el film con la genial pero distinta ‘Capitán América: el Primer Vengador‘, ya que la estructura de la idea tiene muchísimas similitudes; aunque disfruto de ambas franquicias, la película de la amazona cuenta con mejores personajes, mejor historia y mejores villanos que la primera entrega del centinela de la libertad interpretado por Chris Evans.

Otro punto positivo es que la película no se cierra en dejar un mensaje feminista o pro-humanista, pues la historia se basa en la fe de la protagonista. Las actuaciones son iguales de buenas que los personajes que nos presentan. Ewan Bremmer haciendo de un trastornado pero adorable soldado escocés (con Kilt y todo), David Thewlis como un pacifista dispuesto a todo por el final de la guerra y la dupla Danny Huston-Elena Anaya como los villanos de turno que son sólo la antesala de un espectacular giro.

Pero sin duda la que se roba los aplausos con total justificación es la preciosa Gal Gadot; la inocencia entrelazada con su implacable espíritu de guerrera está tan perfectamente transmitida que no hay momento desechable en su interpretación. La escena que llega a Londres y comienza a familiarizarse con el mundo de los hombres es una joya en todo sentido, la comedia es perfecta y la química entre Diana y Trevor es conmovedora y divertida. Sin más, quiero decirles que para la Liga de la Justicia me conformo con ver a WW pateando posaderas junto a Batman y compañía.