La muerte no existe y el amor tampoco

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Después de su aplaudida opera prima “Como funcionan casi todas las cosas” donde apelaba a la comedia aunque sus personajes habitaban la angustia, aquí la propuesta es distinta. Basada en la novela “Agosto” de Romina Paula, con guión del director y Esteban Garelli, el film se mete de lleno, en lo que le ocurre a la protagonista, pero extiende su dominio a una mirada al pasado que nos enfrente a lo que pudo ser y no fue, a las valentías y cobardías, al  paso del tiempo, al peso de los recuerdos, a las frustraciones, a la aridez del futuro. Ambientada en el Sur, ese paisaje nevado, bello e inhóspito se corresponde con lo que le ocurre a su protagonista, una sorprendente y conmovedora Antonella Saldicco. Regresar al lugar de la infancia siempre es un viaje peligroso, están los amores primeros, la muerte de una amiga, siempre presente, el padre con una relación rota, los padres de su amiga (maravillosos Osmar Nuñez y Susana Pampin), el chico que la enamoró. Todo lleva a un replanteo de una vida joven, el novio actual que la tironea con un viaje al exterior, su propia vocación. Dejar las cenizas de su amiga es también esparcir su pasado con las cuentas cerradas y las dolorosas comprobaciones. Un film delicado y conmovedor, con un lenguaje profundamente cinematográfico, con los tiempos justos, sin melodramas, pero con los dolores y heridas expuestas.