La muerte no duele

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Entre la ley y las armas

Rodolfo Ortega Peña, diputado por el peronismo -pero crítico por ese entonces del propio fundador Juan Domingo Perón tras su regreso del exilio- fue asesinado el 31 de julio de 1974 por la Triple A y en su muerte de alguna manera quedó establecida la ruptura total de los códigos que llevaron a una escalada de violencia, tendal de muertos y terror más allá de los límites de tolerancia cívica, que en este documental de Tomás de Leone se recuerdan desde el testimonio de allegados y amigos del escritor, abogado, militante e intelectual, a quien se le acuñaba la frase que da título a la obra La Muerte No Duele cuando era advertido por sus pares sobre la posibilidad de que lo asesinaran.

Lo interesante de la investigación llevada a cabo por Tomás de Leone reside no sólo en el retrato de múltiples facetas e hitos históricos protagonizados por Ortega Peña junto al abogado Eduardo Luis Duhalde, en su carácter de defensores de presos políticos y presentadores de habeas corpus en plena época de dictadura, sino la coincidencia por parte de cada entrevistado en rescatar la humanidad de Ortega Peña y su irrenunciable compromiso con causas sociales, bajo la convicción política que lo llevó a la Cámara de diputados por elección popular.

Sin embargo, a esa tarea difícil y de enorme riesgo de vida la atravesaba una época de convulsión y violencia política para la que Ortega Peña puso el pecho y hasta su vida siempre bajo la consigna “la sangre derramada no será negociada”, así también juró como diputado y se enfrentó a los propios compañeros de su bloque, aislado en el recinto.

Desde sus origenes antiperonistas pasando por su adhesión al partido justicialista y una extensa trayectoria política aunque lo mataron a los 38 años, este documental logra desde su propio concepto mantener la memoria, reflejar la contradicciones, sin bajadas de línea elocuentes y con el respeto que merecen los hombres que luchan por sus ideales.