La muerte no duele

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

Sobriedad documental sobre un personaje y su época

La mayoría de las personas que tienen pensamiento político, o de aquellas que lo desarrollan, como de la que trata éste documental dirigido por Tomás De Leone, exponen sus ideas en el ámbito de su trabajo, alrededor de la mesa de un bar, o en reuniones intimas, es decir en encuentro de amigos o compañeros, sin ir más allá de esos marcos de la acción.
El caso del cual se ocupa esta producción fílmica relata la vida y la obra de Rodolfo Ortega Peña, quién fue el primer asesinado por la organización paramilitar La Triple A, el 31 de julio de 1974, a los 38 años de edad.
El personaje en cuestión nació en el seno de una familia adinerada, fue educado en la élite porteña, se recibió de abogado a los 21 años, en 1956, y ya dentro de los claustros universitarios llamaba la atención de los profesores y alumnos porque, pese a no ser un buen estudiante, defendía con vehemencia sus exámenes y terminaba convenciendo a los profesores de que lo aprueben.
Nació siendo antiperonista, pero en 1955, cuando el golpe militar derroca al general Juan Domingo Perón, esta situación le hace un click en la cabeza al ver festejar a la burguesía porteña, y en los barrios periféricos el pueblo perteneciente a la clase obrera había sido derrotado.
Desde ese instante se convirtió en más peronista que Perón, sus ideales mutaron fervientemente, con su mayor deseo del retorno de mandatario derrocado al gobierno.
Luego, junto a su socio Eduardo Luis Duhalde, del estudio jurídico que armaron, bregaron por defender a los presos políticos casi con exclusividad, no le interesaba tanto el dinero como luchar por las causas que él creía que eran justas.
Más tarde, el estudio fue financiado por los Montoneros y el ERP, entre otros.
Se fue convirtiendo en popular dentro de los ámbitos tribunalicios y políticos, hasta que decide candidatearse y es elegido diputado, en 1973, con una alta exposición pública.
Pero dentro de la Cámara de Diputados de la Nación lo que él creía que era la política no resultó de su agrado, y comenzó a criticar al peronismo con dureza.
Siempre defendió con uñas y dientes sus ideales, estaba convencido de lo que sostenía, pero justamente, a comienzos de 1974, empezó a burlarse del gobierno peronista, y eso fue el principio del fin de su existencia.
La obra del director es detallada y minuciosa, ficcionada en algunos tramos con alguien parecido al protagonista, con entrevista a sus amigos y compañeros de trabajo para conocer cómo era en la intimidad y en su labor profesional, además de haber logrado reunir abundante material de archivo de la época, tanto fotográfico, como fílmico en blanco y negro y color. De esa manera logra, desde su propia visión, ilustrar con perfección los testimonios brindados por quienes lo conocieron e incluso por los dichos de él mismo.
Es un documental necesario de ver para tratar de armar ese rompecabezas que resultó ser la historia política argentina en aquelllos convulsionados y dramáticos años.