La mirada invisible

Crítica de Marcelo Oliveri - El rincón del cinéfilo

A Diego Lerman, realizador de “La mirada invisible”, lo hemos conocido por “Tan de repente” (2003), su ópera prima,y un poco más para aquí, en el 2006, con “Mientras tanto”. En sendas películas la mirada política no estaba tan presente como en este filme estrenado en el 2010.

“La mirada invisible” tiene muchos elementos que enganchan al espectador, pero que terminan diluyéndose a medida que transcurre el metraje. Es una lástima porque las imágenes y la reconstrucción de marzo de 1982 está muy bien ambientada, excepto en algún pasaje musical en donde suena “Lunes por la madrugada”, un tema de Los abuelos de la nada que se conoció un par de años después. En fin, un error histórico que para algunos no tendrá importancia pero para quien escribe sí.

En el elenco sobresale Julieta Zylberberg, la celadora, y Osmar Nuñez, muy buena actuación para un personaje siniestro y deplorable.

Contar qué pasaba entre el 30 de marzo del 82 y los primeros días de abril, comienzo de la guerra de Malvinas, es un poco la premisa de este producción que navega entre lo grotesco y lo bizarro a partir de la última media hora. Y volvemos a decir que es una lástima.

Las intenciones eran buenas, pero la historia previsible (a partir del acoso sexual en el baño) y la puñalada del dolor y la muerte no hacen más que esbozar una mueca de sonrisa a los que hemos vivido esos años de terror, lucha y represión.