La mirada del amor

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

Amores dobles

Nikki (Annette Bening) ha enviudado hace cinco años y aún no puede superarlo, desde la muerte repentina de su esposo su vida está en pausa, no ha podido retomar su trabajo y apenas puede salir de su casa; vive siempre en un estado de melancolía constante.
Un día, en un museo que solía frecuentar con su esposo, ve a un hombre físicamente idéntico a él -Ed Harris interpreta ambos roles- y se propone conocerlo. Como el hombre en cuestión es artista plástico, lo convence de que le dicte clases particulares de pintura, y en poco tiempo comienzan una relación que les trae a ambos la felicidad, y la motivación que faltaba en sus vidas. Tom, el sujeto en cuestión, vuelve a pintar y Nikki retoma sus antiguas actividades.
Pero ambos no ven la relación de la misma manera, Tom se enamora de Nikki, pero Nikki no está realmente enamorada de él, sino de su imagen, ve en él la posibilidad de continuar su interrumpido matrimonio, lo lleva a los mismos lugares que frecuentaba con su esposo, lo viste como a él.
Si bien el planteo es interesante, la historia falla; la figura del doppelganger es en general tratada en un clima de misterio, de suspenso o incluso de ciencia ficción, pero aquí si bien vemos la obsesión que la protagonista desarrolla en torno a este hombre igual a su difunto esposo, la historia no funciona por ese lado. Sino que lo que mejor funciona y lo más atractivo de esta película es la forma en que muestra el romance de dos personas de más de cincuenta años. Ambos actores son excelentes, y el modo en que se relacionan en pantalla es delicioso, incluso el modo en que están planteadas sus personalidades es muy efectivo, pero el guión no logra sostener del todo, ni hacer creíble la obsesión o el morbo de la protagonista por el doble de su marido.
Es una película visualmente agradable -la estética tiene un papel importante ya que los protagonistas son un pintor y una decoradora-, con dos extraordinarios protagonistas de gran trayectoria que contrarrestan con sus actuaciones un guión donde el romance y el drama funcionan muy bien, pero el suspenso y la figura del doble terminan quedando en la nada.