La maldición renace

Crítica de Alina Spicoli - Estrelladas TV

La casa del rencor

“La maldición renace” (The grudge, 2020) es una película de terror dirigida y escrita por Nicolas Pesce (Piercing). Producida por Sam Raimi, la cinta funciona como continuación y semi-reinicio de la saga norteamericana del mismo nombre (remake de la franquicia japonesa “Ju-On”). El reparto está compuesto por Andrea Riseborough (W.E., Black Mirror), Demián Bichir, John Cho, Betty Gilpin (A dog’s journey), Lin Shaye (La noche del demonio, Ouija), Tara Westwood, John J. Hansen, Jacki Weaver (El lado luminoso de la vida, The disaster artist), William Sadler, Zoe Fish, Frankie Faison, entre otros.

En 2006, luego del fallecimiento de su esposo, la detective Muldoon (Andrea Riseborough) decide mudarse a Pensilvania junto a su pequeño hijo y su perro. Junto a su nuevo socio Goodman (Demián Bichir), Muldoon deberá descubrir cuáles fueron los motivos de la muerte de Lorna Moody (Jacki Weaver), la cual aparece dentro de su coche en el bosque, en muy raras circunstancias. Pronto, Muldoon se dará cuenta que ésta pérdida tiene conexión con la casa número 44 de Reyburn Drive, lugar maldito ya que cada persona que entra allí se termina topando con la muerte. Sintiendo que se está volviendo loca, la detective buscará la forma de que la maldición no llegue a afectarle a su hijo.

Las películas de terror malas siguen llegando a nuestra cartelera. Con una clara falta de ideas nuevas, “La maldición renace” gira en torno a una casa embrujada, por lo que ya desde el vamos estaremos en presencia de una historia colmada de clichés. No solo eso, sino que también el filme presenta el mayor abuso de jump scares mal logrados. Cada escena tiene un momento “de miedo” que pretende hacernos saltar de la butaca, lo cual no se consigue salvo que ésta sea la primera película de terror que veas. De esta manera, en su hora y media de duración la obra de Nicolas Pesce, en vez de generar algún impacto, se vuelve cansadora por la utilización del mismo recurso una y otra vez.

Por otro lado, la estructura narrativa falla estrepitosamente al conectar diferentes casos que ocurrieron en la casa de Reyburn Drive. Tenemos a Fiona Landers (Tara Westwood), la culpable de traer la maldición de Tokio a Estados Unidos, después hay un ex policía confinado a una institución psiquiátrica, luego viene el agente de bienes raíces Peter Spencer (John Cho) con una historia alrededor de su mujer embarazada; más tarde pasamos a la anciana loca Faith Matheson (Lin Shaye), la cual su marido cree conveniente que lo mejor para ella es la muerte asistida; por último, la detective Muldoon, que no tiene mejor idea que entrar a la casa de los fantasmas. Al pasar de trama en trama así porque sí, tanto el guión como el montaje no logran generar interés por ningún relato.

Mediocre e insulsa, “La maldición renace” es una pérdida de tiempo de la que es mejor mantenerse alejado. Sin aportar nada nuevo, es hora de que los estudios dejen de hacer remakes o secuelas que nadie pidió y pasen a centrarse en desarrollar conceptos que por lo menos presenten una pizca de frescura.