La maldición del guapo

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Con guión y dirección de Beda Docampo Feijoo y luego de su éxito en España, llega esta comedia de “estafadores” donde el ingenio de las frases brilla, la ironía de los lugares comunes provocan sonrisas y los actores se lucen. El en centro de la historia la relación rota entre un padre y un hijo. Un estafador aparentemente retirado, muy bien jugado por Gonzalo de Castro y su hijo (Juan Grandinetti) un decente empleado de una joyería que se descuida, es robado y tiene que pedirle a su padre el dinero para cubrir el costo de las joyas. Una relación con mala historia que el mayor quiere recomponer y el menor toma como parte de lo que le debe a costa del abandono. Se trata de un divertimento livianito, que no tiene ni pretensión ni profundidad y que solo quiere ser un entretenimiento con sorpresas y giros y donde el chisporroteo es solo verbal.