La maestra

Crítica de Francisco Nieto - CineFreaks

Clases muy particulares

Basada en hechos reales, La Maestra es una historia sobre el miedo, el oportunismo y la dignidad humana,- que se desarrolla en la ciudad eslovaca de Bratislava en la década de los 80. Dirigida por los checos Petr Jarchovsky, también autor del guion, y Jan Hrebejk (realizador de Divided We Fall 2000, Honeymoon, premio al mejor director en el festival de Karlovy Vary 2013, y de Beauty In Trouble, premio Especial del Jurado en 2006).

Reflexión sobre algunos de los dilemas morales y las muchas ambigüedades de los regímenes comunistas en los países que conformaban la galaxia soviética europea, “La profesora” (una auténtica manipuladora de alumnos y padres), que no sólo da clases de secundaria sino que además dirige el partido comunista de la localidad, es una brillante interpretación de la actriz Zuzana Mauréry, en el papel de la “camarada” María Drazdechova, que le ha valido el premio a la mejor actriz protagonista en 2016, en el festival más importante de su país.

Esta claustrofóbica y kafkiana película eslovaca nos muestra la insidiosa impunidad del envilecimiento coercitivo de una forma de soborno tan atroz como en apariencia inmune a la justicia, escudado por un ordenamiento político que favorece a los jerarcas del partido dominante (o único) frente a la libertad y autonomía de las personas. Nada nuevo, pero presentado con una rabiosa pertinencia y claridad que nos hiela la sangre y nos revela cómo ciertas personas saben utilizar y manipular los hilos de la nomenclatura en beneficio propio y en detrimento del cabal funcionamiento de las instituciones, socavando la convivencia pacífica y el desarrollo y bienestar de los ciudadanos.

En 1983, en un instituto al que acuden alumnos de clase media en Bratislava, la nueva profesora María Drazdechova pide a cada alumno que se levante, diga su nombre y la profesión de sus padres. Poco a poco se hace evidente que las notas de esos chicos tienen que ver menos con sus conocimientos que con las cualidades aleatorias de su situación familiar. Tras el intento de suicidio de un estudiante, se convoca a una reunión urgente de padres en el centro, para intentar denunciar a la profesora; pero, dado que se trata de una alta funcionaria del Partido, solo se atreven a pedir un traslado.

En una clase tras el telón de acero, la película nos habla del futuro de unas familias acomodadas, que van a hacer todo lo posible por mantener su situación, incluso mirando hacia otro lado cuando se producen situaciones de abuso de poder. Es una historia estremecedora que, por otra parte, se parece a muchas otras vividas en nuestro país en los años de la posguerra, cuando funcionaba la delación y muchos “rojos” vivían medio escondidos (incluso escondijos del todo, convertidos en “topos”), y sus hijos soportaban en las escuelas el castigo de haber nacido en la familia “equivocada”.

El guión se basa en un incidente real que él mismo vivió cuando frecuentaba la escuela primaria y está plagado de situaciones irónicas; no me atrevo a definirlas como de humor, porque nada puede hacer sonreír menos que un niño torturado psicológicamente. Y denuncia sin ambigüedades el enorme vacío moral generado por los comunismos de la estela soviética donde, como en el peor de los capitalismos, florecían los favoritismos, la corrupción, la injusticia, el nepotismo, los regímenes del terror y la obscenidad ética.
Una película recomendable, con leves altibajos es cierto pero que gracias a su narración sabe mantener el interés del espectador sobre la evolución de la historia. Estupenda y lograda la ambientación que se hace de la Checoslovaquia comunista del 80, así como la llamativa composición musical de Michal Novinski, que acompaña y quizás edulcora una compleja situación. Película con posibilidades en interpretación femenina y banda sonora.