La luz incidente

Crítica de Alejandro Venturini - Alta Peli

El Duelo

La Luz Incidente es el tercer largometraje de Ariel Rotter nos presenta la historia de Luisa -interpretada por Érica Rivas-, una madre con dos hijos que enviudó debido a que su marido y su hermano fallecieron en un fatal accidente de tránsito. Luego de un tiempo intenta seguir adelante tratando de evadir el duelo por la doble pérdida sufrida, pero entonces aparece un hombre (Marcelo Subiotto), el cual conoce en una fiesta, y le ofrecerá persistentemente tratar de reconstruir la familia, pero ella tomará una actitud que oscila entre la reticencia y la resignación ante esta osada propuesta.

Finalmente, Luisa, decide retomar aquel duelo postergado y transita esa difícil etapa, mientras cría a sus hijas y su enamorado continúa intentando que construyan algo juntos a futuro.

La Luz Incidente es la crónica de un duelo, que si bien en este caso se toma con más literalidad ya que se trata sobre la pérdida física de dos seres amados, es extensible a cualquier tipo de duelo, refiriéndome a una definición más psicoanalítica. Tiene una estructura de guión sólida, con pocos personajes lo que genera climas intimistas bien logrados que se sostienen por diálogos y situaciones plasmadas con toda claridad.

En cuanto a las actuaciones, Erica Rivas se carga la película al hombro con una habilidad admirable, lo que una vez que vean la película entenderán el más que merecido Astor de Plata que obtuvo en el 30º Festival Internacional de Mar del Plata. Sin embargo no hay que desmerecer el elenco que la acompaña que logra desenvolverse excepcionalmente a la altura de la protagonista.

Por último el trabajo de Guillermo Nieto, que estuvo a cargo de la fotografía en blanco y negro, logra aclimatar y estar acorde a la historia, sumado a una cuidada estética propia de Rotter que ya se percibe en sus anteriores películas. Como dato a tener en cuenta, el plano final es de una prolijidad y belleza visual a destacar.

Conclusión
La Luz Incidente no es una película para cualquier espectador, su fin no es ser comercial y eso está claro, pero el trazo fino de Ariel Rotter logra brillar y creo que el espectador medio afín al género dramático podrá disfrutarla en su totalidad.