La jugada del peón

Crítica de Matías Gelpi - Fancinema

Maldad y política

EL DOCUMENTAL

La jugada del peón: el agro-negocio letal, de Juan Pablo Lepore, es ese tipo de documental cuyo tema y urgencia supera ampliamente la necesidad de cierto juicio estético. Así y todo no dejaremos de decir que es un film absolutamente convencional y que abusa de ciertas prácticas innecesarias para un material que necesita de una crudeza constante.

Lepore intenta un montaje frenético pero no confuso, que va articulando un mensaje claro y de alta importancia política. Podemos criticar el adorno innecesario y puramente ocioso que a veces aparece entre las entrevistas, como algunas canciones ilustrativas que hablan sobre la tierra y la presencia clisé de Manu Chao. De todas maneras hay un tema de la banda Perro Verde llamado Fuera Monsanto que viene al caso, y de alguna manera es la melodía de las manifestaciones en contra de la empresa.

También Lepore abusa del material de archivo televisivo, que poco agrega aparte de rellenar tiempo de metraje. Igual destacamos que rescata un buen debate en 678 entre Luis Zamora y Ricardo Forster, el intelectual que mejor maneja el arte de la evasiva. La contundencia de ciertas palabras de Zamora son elocuentes, la presencia de Monsanto es el principal argumento en contra del modelo kirchnerista.

La importancia de este documental radica sobre todo en desnudar las prácticas poco conocidas que se dan en el centro de la matriz productiva argentina: quiénes son los que defienden estas prácticas y quiénes luchan en desventaja con ellos, como por ejemplo los vecinos de Malvinas Argentinas, Córdoba.

EL MENSAJE

Alguna vez, el despreciable Bernardo Neustadt asumió la existencia de un pequeño fascista dentro de cada uno de nosotros, los seres argentinos. Tomemos del bueno de Bernardo esa compulsión por la sentencia y su visión dualista de todas las cosas: si hay un bien absoluto entonces hay un mal absoluto, en la Tierra Media se llama Sauron, en nuestro mundo se llama Monsanto.

Uno de repente puede pensar una lista de injusticias brutales que implica el sistema capitalista, y Monsanto las agrupa a todas. Es la empresa creadora del agente naranja, herbicida arrojado sobre las selvas de Vietnam como parte de la guerra química que sistemáticamente llevó adelante el ejército estadounidense, cuyo saldo de muertes y mutilaciones es predecible y vergonzoso. Monsanto es ese tipo de empresa que contrata médicos y científicos que justifican el uso del glifosato, ese químico claramente tóxico y cancerígeno. Monsanto y sus cómplices, Grobocopatel, el gobierno kirchnerista, la Sociedad Rural, Clarín, literalmente atentan contra la vida humana y la naturaleza. Monsanto es el Mal.

No podemos evitar pensar que los males estructurales del país siguen latentes y que el kirchnerismo claramente ha sido un gobierno de aciertos, pero sólo eso, algunos aciertos; la verdad es que profundizó un modelo sojero de extracción brutal y barbarie ecológica. Monsanto no es el futuro, es destrucción, un modelo agotado que el gobierno kirchnerista hizo entrar a nuestro país por la puerta grande.