La isla siniestra

Crítica de Pablo Martinez - Qué se puede hacer...

El gabinete del Dr. Marty

(Atención: el comentario contiene spoilers)
El gran Martin Scorsese se sale un poco de la temática de su filmografía reciente, pero siempre fiel a su fetiche actual, Leo DiCaprio, para dirigir con mano maestra un thriller psicológico que se apoya en una novela de Dennis Lehane (Mystic River, 2003; y Gone Baby Gone, 2007), para armar un pastiche de calidad, técnica y narrativa, histórica. Por qué pastiche: porque en este film se ve una impronta 'esencial' que va desde Hitchcock o Polanski hasta incluso un guiño ¡al caligarismo de Robert Wiene!.

No vamos a revelar mucho de la trama, pero sólo cabe anticipar que el guión está armado de una manera excelente, interpretado con una calidad irreprochable del reparto -destacando una de los mejores actuaciones en la carrera de DiCaprio-, algo que hace que todo lo que sucede al final (para lo que está hecho absolutamente todo de la película, desde los matices de colores en la fotografía hasta la parquedad de Kingsley y Ruffalo en sus geniales papeles) tenga total explicación y todo cierre bien redondito. Quizás se percibe una leve predilección del autor por obviar los vaivenes de la trama explícita para dejar a la vista del espectador mareado un final que está cantado desde esos flashbacks que tiene el protagonista, justamente de manera implícita, pero el resultado no deja de ser satisfactorio a pesar de ello.

Scorsese reconvierte la moneda corriente de los films noir y la canjea por un producto de una magnitud visual impagable, que encima se ve avalada por la calidad del relato. Nada está dejado al tanteo. Nada pasa por casualidad. Todo está pensado para ese broche de oro en el cierre de la trama, con el plano final y, anteriormente, la que probablemente será de ahora en adelante una de las frases más memorables del cine actual, pronunciada por un enorme DiCaprio: "¿Qué es peor, vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?" ¡Chupate esa mandarina!

Y cuando digo que nada está hecho porque sí, principalmente me refiero a la banda sonora, una obra maestra del realizador junto a la colaboración de Robbie Robertson de The Band, que crearon las pistas sobre material previamente grabado para hacer de cada escena una verdadera combinación de imágenes y melodías, practicamente perfectas. Todo tiene un ritmo tan desquiciado, tan poco común y a su vez tan expresivo, que sólo una selección musical semejante podía amparar tanta parafernalia visual. Y a esto se acopla el monumental trabajo de edición de Thelma Schoonmaker, que hace que todo parezca desencajado o fuera de lugar y lleve un ritmo vertiginoso salteado por anacronismos, flashbacks y pausas... en definitiva, irreal. Por último, la fotografía, con Robert Richardson en la dirección, es sensacional. Contrastes jugando con "auras" en tonalidades claras y colores cálidos dentro de decorados con escalas de grises: un nuevo acierto del staff técnico para trazar el camino rumbo al gran final, más allá de que a muchos malacostumbrados a las sorpresitas Kinder del cine reciente les/nos pueda parecer (y con justa razón) predecible.

No, en Shutter Island nada es predecible. Nada es lo que parece. Todo es una realidad construída por Marty para hacernos vivir en la mente perturbada de un ser temeroso y temido, buscador y buscado, víctima y victimario. Muy recomendable y tecnicamente excelente nuevo opus de Scorsese, aunque tampoco es lo mejor que ha hecho. Encima invita a un segundo visionado para recién ahí poder ver las cosas con ojos de "espectador". Antes que eso, sólo se es un convicto más del recinto.