La invención de Hugo Cabret

Crítica de Oscar Contreras - CineramaPlus+

Llena de fantasía, esta fábula conmovedora constituye uno de los homenajes más sentidos, instructivos y celebratorios del cine.

La invención de Hugo Cabret (Hugo, 2011) es una fábula conmovedora pero también es uno de los homenajes más sentidos, instructivos y celebratorios del cine desde Cantando bajo la lluvia. "Dickensiana", llena de fantasía, magia, pedagogía, culpa y redención, la película desarrolla el fenómeno de la filiación, de la transmisión genética de las preferencias, del posicionamiento familiar, a partir de formulaciones clásicas. En tanto que la aproximaci?n estereosc?pica aplicada por el director, Martin Scorsese, resulta decisiva en la instalaci?n de un gran efecto de ilusi?n. Una ilusi?n justificada -m?s all? de los requerimientos del sub g?nero infantil- toda vez que los designios del personaje de Hugo (el ni?o hu?rfano del Par?s de entreguerras) y el descubrimiento de su lugar en el mundo, resultan siendo tambi?n los designios del cine. Encarnados en la m?tica presencia de Georges M?li?s, uno de los grandes y seminales pioneros del cine. Y porque al recrear las asombradas sensaciones de los primeros espectadores, Scorsese establece un puente con los espectadores de este tiempo, asombrados tambi?n y sin enterarse de la modernidad del pasado.

La invenci?n de Hugo Cabret es tambi?n una pel?cula sobre la modernidad. Y el cine, como expresi?n acabada y representativa de la modernidad tecnol?gica; como arte-espect?culo finisecular, constituye un t?rmino de referencia muy importante en la pel?cula. Scorsese, quien desarrolla una encomiable labor de supervisi?n del gui?n; de conducci?n y estrategia de la puesta en escena; y de composici?n del encuadre en tercera dimensi?n; privilegia en todo momento ?ya en la construcci?n del relato, ya en el dise?o de la caracterolog?a de los personajes- la influencia del cine en el cine. Ese gran mecanismo cultural que suspende el tiempo; que emplea luces y sombras m?gicas; y dispone convenientemente ?como todos los artefactos de la modernidad- de la observaci?n, de la imaginaci?n sin l?mites, del utilitarismo, del sentido pr?ctico, de ocio y del anonimato para fabricar sue?os. En proporci?n directa al maquinismo, a la expansi?n industrial, a la mec?nica ferroviaria, al daguerrotipo, al urbanismo, a la novela decimon?nica, a la ?pera, a la luz incandescente, a la telegraf?a, a las tecnolog?as qu?mica, el?ctrica, petrol?fera y del acero; el cine afecta y est? afectado por las tradiciones culturales de la sociedad. La invenci?n de Hugo Cabret afecta y est? afectado por la historia, por los personajes, por la Historia del Cine, por la erudici?n del director, por su vocaci?n magisterial donde el cine es la materia de conversaci?n y el interlocutor a la vez.

Luego de que el personaje de Georges M?li?s (interpretado por el actor Ben Kingsley), un anciano y amargado vendedor de juguetes en la estaci?n de trenes de Par?s, le arrebata a Hugo su libreta con anotaciones mec?nicas, sigue un camino ficcional angustioso, lleno de culpa y extrav?o. Al igual que en Taxi driver, Toro salvaje, El rey de la comedia y La ?ltima tentaci?n de Cristo, desde ese momento se van descubriendo designios, vinculaciones geneal?gicas, afinidades quebradas, hallazgos mundanos, fatalidades. Las caracterolog?as de Hugo Cabret y al resto de los personajes. Casi engranajes desencajados y an?rquicos en el gran mecanismo de la vida; que acallan o reservan para s? mismos grandes ilusiones. Por ejemplo, recuperar la libreta y echar a andar al aut?mata; recordar al padre a trav?s del cine; supervisar la mec?nica del reloj de la estaci?n de trenes, disfrutar la compa??a de Isabelle (la linda Chlo? Grace Moretz); encontrar la llave que activa al aut?mata; en el caso de Isabelle es leer, descubrir la naturaleza humana y convertirse en una escritora; en el caso del torpe gendarme de la estaci?n, es enamorar a la vendedora de flores y atrapar a los ni?os vagabundos; respecto de George M?li?s la ilusi?n tiene visos de resignaci?n; es decir, sobrellevar la vejez en compa??a de su esposa y de su hija adoptiva, renunciando al pasado culposo, lleno de cat?strofes econ?micas y contradicciones personales; acallando secretamente su ilusi?n de ser redescubierto por las nuevas generaciones.

La invenci?n de Hugo Cabret es una pel?cula absolutamente scorsesiana e imprescindible.