La inocencia

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

La infancia documentada

En San Juan viven Morena y Gabi, dos niñas de 6 años que comienzan el ciclo escolar primario. Una lo hace en una escuela privada de la ciudad y la otra en un establecimiento rural del paraje solitario en el que vive, y ambas atraviesan esa primera instancia de socialización de maneras muy diferentes. Una está rodeada de estímulos, la otra, de carencias; pero a ambas la rodean sus maestros, sus compañeros de estudios y esa necesidad de aprender las primeras letras con la ilusión de llegar a una adultez madura.

El director Eduardo de la Serna posó su cámara y su mirada sobre ambas, y así nació este documental que muestra distintas visiones de la niñez, esa época en la que las travesuras se dan la mano con el aprendizaje de las primeras letras, con la pasión de conocer el compañerismo y con la sana alegría de participar de las fiestas patrias y de vislumbrar el futuro.

Por la pantalla desfilan, con aire pícaro y poético y a través de un año, cada una de las aventuras mediante las cuales las pequeñas comenzarán a comprender el valor de la amistad, el amor que empiezan a sentir por sus cálidas maestras y la fuerza de superarse en esos primeros pasos de su aprendizaje. Todo en el film es tan tierno como sensible, y va recorriendo los días y los meses en que ambas transitan por las aulas con ese entusiasmo con el que comienzan a descubrir que la vida está, también, lejos de sus padres para insertarse en ese pequeño mundo de diabluras, risas y cantos que intentará marcarles su senda en la vida.

La ternura impuesta por Morena Jaramillo y por Gabi Oviedo apuntala esta visión de la infancia y demuestra que ambas poseen algo en común: la inocencia.