La increíble vida de Walter Mitty

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

La aventura de volver a descubrirse

En su vida secreta, Walter Mitty sueña a lo grande y es un héroe capaz de defenderse, de rescatar a un perro de un edificio incendiado y crear una prótesis para su pata en el interín.

Cuando regresa de sus delirios recurrentes, es un hombre común y corriente, con un empleo que peligra y con una profunda inseguridad emocional que le impide acercarse a una atractiva compañera.

De repente y sin preaviso, la editorial "Life" donde lleva una carrera como editor de fotografía decide transformarse al soporte online y las adversidades, antes imaginarias, se tornan reales, sobre todo cuando el negativo de última portada en papel que le enviara el reportero estrella de la publicación se pierde, y Walter, responsable más allá de cualquier circunstancia, decide atravesar el mundo para hallarla, y aunque la empresa que ayudó a crecer desde su puesto casi anónimo esté tentada a renunciar a su lema, él lo tomará como guía para emprender este viaje hacia sí mismo.

Con una combinación interesante de géneros -drama, comedia, aventuras y road movie- sirvió a Ben Stiller para llevar a la pantalla un proyecto que desde Jim Carrey hasta Steven Spielberg quisieron reponer para los nuevos tiempos, sin llegar a término.

En 1947, Norman Z. McLeod, la había realizado desde un guión adaptado, inspirado en un cuento famoso de James Thurber.

Stiller aborda la historia desde un humor muy a su estilo, donde abunda la parodia, pero toca a la vez una fibra emocional profunda que logra salvar del mensaje subyacente de autoayuda.

Lo hace gracias a un muy buen mechado de los climas y de la pericia de los actores que componen el elenco.

El relato, disparatado por momentos, no pierde el hilo básico y arriba a un final salomónico respecto de la realidad, de la que subraya hechos que caben a todos, héroes o antihéroes según indique el momento.