La increíble vida de Walter Mitty

Crítica de Juan Pablo Ferré - A Sala Llena

Feel good movie, en clave de fantasía

Hay un registro juguetón, lúdico y mágico en La Increíble Vida de Walter Mitty. Pese a que la película mantiene un tono serio, amable pero dramático, y con algunos toques de comedia, es necesario comprender esta historia como una fábula, como un cuento fantástico y no como un torpe libro de autoayuda, más allá de que haya un lema subyacente (“Toma riesgos, disfruta de la vida”) que se repite durante gran parte del metraje. La fantasía del filme no solo se hace presente en los momentos en los que el protagonista deja volar su imaginación y se figura como un superhéroe capaz de salvar a un perro de un edificio en llamas o de ser parte de una épica batalla en plena ciudad de Nueva York, mientras él y un villano surfean -literalmente- en el asfalto. Todo el filme está contaminado de un tono fantástico que se evidencia en conversaciones llevadas al extremo del verosímil -algunas con la chica que desea, otras con su nuevo jefe, desagradable hasta el hartazgo-, en los llamados telefónicos de un empleado de una página de citas o en las verdaderas aventuras que termina emprendiendo el personaje en Groenlandia, Islandia o Afganistán.

Walter Mitty (Ben Stiller, que también dirige) es un triste y previsible empleado del sector de fotografía de la revista Life, enamorado en secreto de una compañera nueva (la adorable Kristen Wiig) y preocupado, como todo empleado, por la inminente desaparición de la revista en formato papel. Walter, según sus propias palabras, nunca “ha hecho” ni “ha estado” en ningún lugar destacable. La necesidad de encontrar una fotografía perdida para la última tapa y el deseo de seducir a la chica que lo enloquece, serán la motivación especial que necesita para aventurarse a lo desconocido. Entre paisajes increíbles fotografiados de manera estupenda por Stuart Dryburgh y una musicalización difícil de superar a cargo de Theodore Shapiro -que incluye una escena memorable con la canción Space Oddity de David Bowie-, el filme pega el salto de calidad que lo puede convertir en inolvidable...