La huésped

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Contundentes usurpadores modernos

En un futuro cercano, nuestro planeta estará mejor que nunca. No habrá problemas ecológicos, ni más guerras, ni pobreza. Sólo que ya no seremos nosotros, dado que nuestros cuerpos estarán invadidos por alienígenas.

Con sólo algunos humanos fugitivos tratando de que sus cuerpos no sean usurpados, "La huésped" funciona en un princpio como una especie de nueva versión ligeramente adolescente del clásico de Don Siegel tantas veces refilmado y copiado "La invasion de los usurpadores", hito de la ciencia ficción paranoica de la era del macartismo.

Pero luego de algunas escenas iniciales eficaces en su variación del mismo asunto, "La huésped" va tomando identidad propia. Es decir la de la escritora Stephenie Meyer, la de la saga de "Crepúsculo" que con los marcianos supera a sus vampiros light, ya que ésta es una buena historia clásica de ciencia-.ficción romántica.

Tambien hay que agradecerle al director Andrew Niccol, un conocedor del género luego de "Gattaca" y "El precio del mañana", el equilibrio y cuidado en todos los detalles para que esta película pueda exceder los límites del cine fantástico adolescente para funcionar más que bien como original invasión extraterrestre.

El personaje es complicado, y realmente daría para el chiste fácil si no fuera por el director y especialmente por la talentosa Saoirse Ronan, ya que en realidad es una doble composición: Wanda es una marciana dedicada a bucear los pensamientos del espíritu humano que quedó en su cuerpo, que en este caso, dado que es un miembro virulento de la resistencia humana, no piensa dejar su envoltorio físico así como así. La implacable rastreadora de subversivos que compone Diane Kruger quiere que Wanda ubique los focos de resistencia. Asi es como la marciana con personalidad bipolar y una potente voz interior se escapa y logra encontrar el refugio de la resistencia dentro de un cañón montañoso digno de un viejo western con apaches.

El jefe de la resistencia que compone William Hurt es uno de los motivos para recomendar, igual que todos los detalles que el director agrega a la descripción de este último refugio, con elementos visuales notables como la cosecha alimentada por la luz del sol de un complejo sistema de espejos en la cima de un volcán inactivo.

Por supuesto la película pone el énfasis en los conflictos románticos derivados de la doble personalidad de la protagonista, dado que el cuerpo tenia un novio, pero la alienígena abierta a todos los seres del cosmos- también encuentra su enamorado, lo que en la práctica implicaría un difícil ménage a trois que el guión se arregla para que no pase a mayores, lo que de todos modos da lugar a situaciones y enredos bastante divertidos, a veces jugados con un humor al borde de lo involuntario. Todo esto está muy bien armonizado en una trama con acción, suspenso y riquísimas imágenes propias de la ciencia-ficcion.

Hubiera sido interesante ver qué pasaba si los productores se atrevían a dejar pasar las cosas del romance al erotismo, pero entonces la película se parecería más a una adaptación de Philip Jose Farmer que a una de Stephenie Meyer, y en este sentido se puede decir que es un producto entretenido y contundente para el publico al que está dirigido.