La huérfana: el origen

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Quienes transitamos el género terror como espectadores, tenemos un grato recuerdo de «The Orphan». Allá por 2009, la propuesta fue un hit realmente porque ofrecía una idea original, fresca, intensa. Una menor (o no tanto) dueña de un trastorno físico y un grave desorden mental, masacra a toda una familia, para conseguir sus retorcidos fines. La historia funcionaba bien y llevó a Isabelle Fuhrman a la fama, casi en forma inmediata.
El tiempo pasó, y como siempre la industria, sigue buscando en las películas que funcionaron, material para continuar en forma episódica y seguir facturando. No hay en general más que un interés en seguir moviendo la maquinaria, lejos de la visión artística que debería tener cada proyecto. Se insiste incluso, en los casos en que las historias parecen cerradas.
Asi es que los productores decidieron volver sobre «La huérfana» e insólitamente ir más atrás en el tiempo, para contar el origen del personaje de Esther. Las dificultades son evidentes, en virtud de que la protagonista ha crecido y es complejo resolver esos temas cuando su rostro ya no tiene ni de cerca, aspecto de niña… Pero el cine todo lo puede. Y así es que insólitamente, Fuhrman, con 25 años en esta precuela, ofrece la composición de una nena de 9.
Si bien sólo al escribirlo suena raro, mucho más es verlo en pantalla.
Sin embargo, «The Orphan: origin» no es un mal producto. Tiene sus temas, pero la dirección de un cineasta que viene de un buen trabajo previo («The boy»), William Brent Bell , es prolija y en cierta manera, atrayente. El conocía perfectamente las dificultades que implicaba el tema encuadre de imagen, el uso de dobles y demás, pero aceptó el desafío sin dudar porque se ve que creía en el potencial de su guión.
La historia se remonta a la estepa ucraniana y allí veremos a Esther (Fuhrman), encerrada en un manicomio. Una mujer se apersona para verificar su condición porque tiene planes de adopción para ella, pero rápidamente la cuestión se complicará. Esther, artista de la evasión, ya está armando una fuga que se torna sangrienta y la dejará lista para pensar sus próximos planes, con tranquilidad.
Nuestra protagonista investiga un poco en internet y decide hacerse pasar por una niña americana perdida. Así es que (lo se, lo se, bastante inverosímil) ella vuela a USA a encontrarse con «su» familia, quien no la espera y se sorprende bastante con su llegada.
El guionista (David Goggeshall) entonces arriesga desde su rol, y en vez de plantear el mismo esquema de la entrega anterior, juega fuerte para sacudir la audiencia y volver a sorprenderla. Pocos minutos después del primer encuentro entre Esther y su «madre» (la competente Julia Stiles), nos damos cuenta que esta entrega de «La huérfana» no irá por donde todos creíamos sino que buscará cambiar el tono de la propuesta y volverse, en cierta manera, una pseudo comedia negra, oscura y violenta.
Debo reconocer que si bien el golpe de timón al principio desconcierta, funciona y cumple su cometido. Todos se relajan, porque el escenario cambia y las actuaciones se posicionan desde esta premisa para alinearse con el guión y ensamblarse con solidez.
Es importante dejar de lado para disfrutar esta precuela, no prestar demasiada atención al tema del aspecto físico de Esther, que nunca termina de cerrar pero que terminamos aceptando para seguir conectados con la trama.
Sin anticipar mucho más, debo decir primero que Julia Stiles vuelve a mostrar que es una actriz potente en todo tipo de género. El resto del elenco, comparte el espíritu juguetón de esta entrega y hace su aporte para que lo que a priori parecía innecesario, no lo sea tanto. «Orphan: first kill» cumple ajustadamente con los parámetros básicos de entretenimiento para el género aunque… no esperamos próxima secuela con la edad que ya detenta la protagonista…