La hora de tu muerte

Crítica de Nicolás Pratto - Funcinema

SUSTOS QUE NO DAN GUSTO

Es difícil causar terror, no sólo por la inflación del género y que, semana tras semana, tengamos una nueva en cartelera. El hecho de sentir la sensación en la sala, a veces no por lo que ocurre en la pantalla, sino por el grito de alguna butaca. De que el impacto sea tal, que la película nos acompañe, pasen los años y sigamos revisando la ducha, o nos acostemos preocupados con temor a tener una pesadilla de la que no podamos despertar. En parte, es difícil realizarlo porque el mundo se ha vuelto un lugar más oscuro de lo que podemos ver en el cine. Una monja poseída no aterra tanto como aquellas cuadras que caminamos de noche, cuando bajamos del colectivo y nos dirigimos a nuestras casas. En las noticias vemos a Norman Bates, Michael Myers y demás monstruos que reaparecen. Quedan dos caminos, construir sobre lo creado al hacer una remake y apelar a la nostalgia: It, Chucky, Halloween… O plantear un nuevo universo como es el caso de La hora de tu muerte.

Un nuevo universo que tiene semejanza con Destino final y La llamada. Una app que informa la fecha de tu muerte, y una joven enfermera llamada Quinn que la descarga a modo de juego. Lo que parecía una trivialidad, se vuelve real cuando descubre que uno de sus pacientes falleció cuando la app lo predijo. Con el poco tiempo que le fue destinado, intentará detener la maligna aplicación, con la ayuda de otro joven y su hermana menor, que también padecen la misma situación. En paralelo, se desenvuelve una trama de acoso laboral por parte de nuestra protagonista, que no suma a la película. Uno termina siendo espectador de una serie de sustos: ruidos en el placard, debajo de la cama, la oscuridad en un baño…

Dicha técnica proviene de que varias películas del género se aggiornaron en YouTube. No es de extrañar que conozcamos infantes o adolescentes, cuyos videos que consumen del citado sitio web sean de terror. Pero sobre todo de un subgénero llamado creepypasta. Leyendas urbanas creadas en internet, acompañadas de un video corto con sustos, generalmente, apariciones sorpresas o jump scares. Poco importan los protagonistas y la historia, prima el estímulo. Vincent Minelli lo predijo hace más de 60 años, en The bad and the beatiful: “Yo podría hacer en esta escena un clímax. Podría hacer cada escena de la película un clímax. Si lo hiciese, sería un pésimo director. Una película llena de clímax es como un collar sin hilo, se desarma. Hay que construir los grandes momentos”.

La hora de tu muerte no sólo carece de hilo, sino que las perlas que presume no tienen brillo. Una premisa atractiva, con el peligro del uso de las aplicaciones, sumado a lo paranormal, pero refugiada en un rejunte de escenas refritas que apelan tristemente al susto. Incluso para los actores, que se notan más apesadumbrados que aterrados. Lo verdaderamente aterrador de dicha fórmula es que al igual que un video de YouTube, las películas terminan siendo descartadas, suplantadas por la nueva notificación de la cartelera.