La hermana

Crítica de Analía Casero - La Cinerata

Lazos de sangre
En la frontera suizo-francesa dos hermanos, Simon de 12 años y Louise una veinteañera, viven cerca de una estación de esquí; allí va él a robarle equipos a los turistas para luego revenderlos. Así es como Simon se convierte en el sostén de ambos.
Ursula Meier es algo así como la Wes Anderson (Los excéntricos Tenenbaum, Vida acuática), europea; es decir, una directora evidentemente anclada en las cuestiones familiares (disfuncionales).
Así declaró Meier cómo surgió el argumento de La hermana: “surge de un recuerdo de mi infancia que se me quedó grabado, estaba en un grupo de clases de esquí y rondaba un chico que claramente era de un estrato social inferior. El instructor lo señaló como un pequeño delincuente. Fue algo terrible. Lo que he querido es darle complejidad a este mundo que está muy relacionada con la verticalidad, con la idea del arriba (las pistas de esquí) y el abajo, el pueblo real, que se gana la vida con los turistas. Al mismo tiempo tenemos ese paisaje de los Alpes impresionante y la topografía marca profundamente la historia. Por una parte, esa verticalidad, por la otra, le quisimos dar una luz azulada, como de cuento, es algo que está un poco fuera de la realidad. Queríamos huir totalmente del miserabilismo”. De este modo el film resulta simbólico respecto a la lucha de clases y tal vez a esto se deba su título original: L’enfant d’en haut (el chico de arriba). Por otro lado

, la película evita también los golpes bajos y la mirada moralista.
Al igual que en Home, cinta anterior de la realizadora, hay muchas cosas que no se revelan y la hermana mayor de la familia, tiene “escapes” amorosos con hombres desconocidos.
A Simon, es muy notorio que le hace falta cariño, por eso lo busca, desesperadamente, acercándose a familias, a mamás.
Simon y Louise son pobres (aunque no como los del tercer mundo), están solos pero tienen, a pesar de sus diferencias y desencuentros, una unión que parece sólo justificada por lazos de sangre.
Los actores, y casi protagonistas exclusivos del film, son dos promesas del cine contemporáneo: Kacey Mottet Klein (quien ya trabajó con Meier, ¿un futuro actor fetiche de la directora?) y la bellísima Léa Seydoux (Bastardos sin gloria, Medianoche en París y actriz principal de La vida de Adèle, película actual de intenso éxito mundial).
Se ha dicho que La hermana tiene mucho en común con el cine de los hermanos Dardenne pero la cineasta, que estudió cine en Bélgica y que visitó Argentina en Septiembre, no opinó lo mismo: “Cuando estuve en el Festival de Berlín me sorprendió mucho que se hablara tanto de esa influencia porque yo no la detecté en ningún momento. De hecho, no vi El niño de la bicicleta hasta que estaba montando la mía. El tono es muy distinto, hay un trabajo de la imagen que huye del realismo. Tampoco vemos a la policía o los servicios sociales. Las películas que me influyeron fueron Kes, de Ken Loach, y la primera película de Maurice Pialat, La infancia desnuda”.
La hermana transcurre durante el invierno y culmina cuando éste llega a su fin; el cambio de estación ¿será también un cambio en la vida de Simon?