La habitación

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

No es nada sencillo –es un verdadero desafío, en realidad– adaptar al cine una novela como LA HABITACION que transcurre en gran parte en un solo cuarto. No se trata de una obra teatral sino de un libro publicado por Emma Donoghue en 2010 que se convirtió en un suceso literario y que la propia autora adaptó para el cine. La película, que consiguió cuatro importantes nominaciones para el Oscar (mejor filme, director, actriz, guión adaptado) sale más que airosa de ese desafío gracias a un notable trabajo de dirección y edición que aprovecha al máximo las posibilidades del espacio reducido que les tocó en suerte (mucho más reducido, digamos, que el de LOS OCHO MAS ODIADOS, de Tarantino) y a dos actuaciones notables que generan emoción y tensión permanentes.

Son una madre y su hijo, que viven ahí desde hace mucho tiempo, por causas que gradualmente iremos conociendo. El “truco” de la trama es que el pequeño de cinco años no sólo nació ahí dentro sino que la madre, con la intención de protegerlo y hacerlo vivir una vida lo más normal posible, le ha dicho desde siempre que el mundo entero se limita a ese pequeño espacio (“Room” es similar a “Universo”, en ese sentido) y que no hay nada más allá, salvo ese abstracción conocida como “la televisión” y que, Joy le explica al niño, es falso, como los dibujos animados lo son para nosotros. Es así que Joy y Jack atraviesan el día a día de ese confinamiento, uno que nosotros intuimos de entrada no tiene nada de natural ni disfrutable pero que el chico toma como el principio y el fin de todas las cosas. Y lo vive sin aparentes traumas, algo que notamos via su narración en voz en off.

room2A Joy y a Jack los visita cada tanto alguien que trae comida, viola a la madre (algo que el director jamás nos muestra y solo adivinamos auditivamente) y que es quien tiene secuestrados allí a ambos. En un punto, Joy empezará a cranear una forma de escapar de ese lugar junto a su hijo, un complejo operativo del que depende claramente la vida de ambos. A partir de ese momento –del intento de escape– la película pegará un giro dramático importante que, si bien está adelantado en los trailers, prefiero no contar aquí.

La mecánica entre la madre y el hijo dentro del cuarto es el centro dramático de la película y lo mejor resuelto por Abrahamson (director de la inclasificable y bizarra FRANK), aún cuando en apariencia es lo más complicado por las fuertes restricciones espaciales y por solo contar con la voz en off de Jack, y los diálogos y juegos entre él y su madre como toda forma de comunicación. Pero el misterio y la extrañeza de la situación junto al curioso sistema educativo de la madre producen un intrigante resultado.

SI NO QUIEREN SABER MAS DE LA TRAMA, LO SIGUIENTE PUEDE CONSIDERARSE SPOILER.

ROOM3El momento más fuerte del filme llega en el muy intenso y dramático escape/rescate de ambos, una culminación que casi parece el cierre de la película. Pero todavía falta mucho y de allí en adelante LA HABITACION se transformará en un drama sobre la readaptación de ambos y de cómo su familia, los medios y la sociedad en general se lleva con la situación heroica pero complicada de Joy y el pequeño Jack. Por momentos las dificultades de su adaptación a la vida en el exterior les hace recordar hasta con cierta nostalgia la dura pero simple y clara mecánica de sus vidas encerrados.

Esta segunda parte, si bien riquísima desde las aristas temáticas que dispara (el aprovechamiento morboso de los medios, la perdida de noción de realidad y depresión de ella, la maravillosa confusión del niño, las diferentes actitudes de los padres de ella, encarnados por Joan Allen y William H. Macy) se vuelve un tanto más convencional cinematográfica y dramáticamente que la primera y encerrada parte, llegando a situaciones y descubrimientos personales/emocionales que se acercan peligrosamente al cliché.

ROOM-master675Lo que la saca siempre de caer allí es la química existente entre esa madre y ese hijo, dos sobrevivientes unidos por una historia cuya complejidad solo ellos pueden entender, cada uno a su manera. Brie Larson (máxima candidata, hoy, a quedarse con el Oscar a mejor actriz) y el pequeño y pelilargo Jacob Tremblay son los que convierten a LA HABITACION es algo mucho más rico que una parábola de redescubrimiento New Age que en algunos momentos amenaza convertirse. En sus rostros, en su conexión, en los dolores y placeres de sus experiencias compartidas, la película construye un mundo entre una madre y un hijo que puede resistir a las cuatro paredes de un encierro o a la inabarcable inmensidad del universo.