La guardería

Crítica de Cristian A. Mangini - Fancinema

La vigencia de la infancia

La infancia es, como se sabe, una etapa fundamental para comprender el desarrollo de un ser humano y la riqueza de sus facultades sociales a lo largo de toda su vida. Del cómo se encuentra atravesada por una coyuntura sociopolítica y cómo eso ha dejado una marca en las vidas que resulta indeleble para quienes pasaron por la guardería mencionada en el título es el núcleo de este documental, ópera prima de Virginia Croatto.

Esta guardería fue el espacio donde crecieron niños, hijos de militantes de la agrupación Montoneros, en Cuba entre 1979 y 1983. Alejados del caos y los años de persecución tras la operación de la contraofensiva, esos niños crecieron alejados de sus padres en otro país donde podían encontrar más puntos en común que en aquel donde habían nacido, además de un lugar estable donde podían crecer tranquilos. De ese pasado, la vigencia de ese pasado y las preguntas que aún deja es de lo que habla La guardería.

El hecho de haber sido parte de esa guardería hace de la directora un testimonio más, quizá en off, de lo ocurrido, reforzando este recurso a lo largo de todo el relato. Las voces de los que están, los que ya no están y la mirada de Croatto hacen del film un mosaico de memorias y sensaciones que delatan la vigencia del pasado en el presente, pero también esta riqueza cumple el papel de ilustrar lo que los archivos visuales, en su escasez, no pueden. Subrayando la fuerza de los testimonios se encuentra el detalle de que Susana Brardinelli (esposa de Armando Croatto y madre de Virginia) era una de las encargadas del lugar.

La pregunta sería si este entramado de voces, fotos, archivos de grabaciones por casete y material histórico puede realmente alcanzar al espectador para comprender desde las emociones lo que un juicio apresurado y superficial llevaría a una lectura errónea y poco consistente. Y aquí está uno de los aciertos más grandes del documental: no hay certezas, sólo preguntas, y a menudo hay distintos puntos de vista que colisionan al referirse a, por ejemplo, los alcances de la contraofensiva y sus consecuencias. Lo que sí parece responderse con certeza por unanimidad es lo atípico de la situación en que esos niños fueron contenidos: a diferencia de sus padres, que militaban y eran conscientes de sus decisiones, sus hijos no tomaron la decisión de radicarse en Cuba. Es esta cuestión lo que nos lleva a la pregunta que abre el documental a través de una notable analogía con el cuento La autopista del sur, de Julio Cortázar: ese pasado forzado por diversas circunstancias sin embargo llevó a una experiencia colectiva recordada de forma entrañable, llevado a un futuro incierto que sólo despierta más preguntas pero que no son la cuestión que enmarca al documental.

La guardería es un documental que cuando se comunica a través de sus voces se abre como un libro para descubrir emociones y sensaciones, antes que una lectura apresurada de un momento sociopolítico de nuestro país. Pero no hay que confundir a esto con una lectura segmentada e imparcial, sino que es la forma en que realiza preguntas donde se justifica la fuerza del relato. Ante esta incertidumbres, el film se queda con las emociones, como el reencuentro documentado hacia el final, donde quienes formaron parte de la guardería ponen en común recuerdos, objetos y anécdotas de esos años.