La gran noticia

Crítica de Rodolfo Weisskirch - Loco x el Cine

Revolución, noticias y sexo en la rutas de Portugal

En Suiza hay democracia, paz y amor fraternal desde 500 años. ¿Cuál fue su mejor invento? El reloj Cucú – Harry Lime (Orson Welles, “El Tercer Hombre”)

Abril de 1974. Julie Dujonc-Renens, una joven periodista suiza que tiene un programa feminista es elegida para cubrir el desarrollo de la tecnología inventada por los científicos de su país y donada a los portugueses para mejorar la comunicación entre ambas naciones y de paso demostrar al pueblo el trabajo del gobierno. En esta aventura la acompañará Joseph Marie Cauvinun legendario periodista, bastante misógino, solitario, contraste natural de Julie y con fama de mal carácter. El trío se completa con el conductor de la van en la que se trasladan y técnico del programa de radio, Bob.

Basada en hechos reales, La Gran Noticia es el nuevo film de Lionel Baier, director de Un Autre Homme. Ambos films fueron exhibidos en diferentes ediciones del BAFICI. Sin embargo, mientras que Un Autre, era una suerte de comedia romántica satírica sobre el mundo de los críticos (mezcla de Hong Sang Soo y la película de Hernán Guerschuny con estética blanco y negro y remitiendo a la Nouvelle Vague), este nuevo film es una agradable road movie que atraviesa todos los lugares comunes y previsibles de este tipo de historias.

Con humor y momentos emotivos, Baier nos introduce a través de los ojos de los personajes en la Revolución de los Claveles que terminó con la caída del dictador Salazar.

Más allá de cierta previsibilidad en los eventos que se van a desencadenar, el encanto de La Gran Noticia pasa por el carisma de los tres protagonistas y la desinhibición sexual de cada uno, lo que es bastante infrecuente para una comedia de estas características (no tanto en Europa, pero sí en el nuevo continente). Baier critica la política neutral suiza con ironía demostrando la pasividad de los suizos en conflictos internacionales y la manipulación de los medios de comunicación a través de la intervención de organismos políticos y gubernamentales. Si los medios solo pasan lo que el estado desea que pasen, la libertad de expresión se ve coartada, sin importar si se trata de un gobierno democrático o no. Mientras que los portugueses envidian la democracia suiza, los suizos envidian el poder de los portugueses para expresarse pacíficamente y cambiar el régimen de su país.

Valerie Donzelli, Michel Vuillermoz y Patrick Lapp, con el aporte del joven Francisco Belard como Pelé, un campesino fanático de Marcel Pagnol que se suma al viaje como guía y traductor, conforman un elenco con bastante dinamismo y química, para sostener un relato convencional y pero vistoso, simpático que rememora un hecho histórico pocas veces revisitado por la historia del cine.