La gran noticia

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Sostiene Pereyra

Este es uno de esos filmes que reconcilian con el acto de pasar un rato agradable dentro de una sala cinematográfica, pero que al salir, y no inmediatamente, el espectador se da cuenta que no fue un entretenimiento vacuo, sino que hay una idea, una mirada sobre la sociedad actual, que el director quiere demostrar tal cual una hipótesis, sostenida desde un pasado reciente, en términos de historia de la humanidad.
El relato se centra en tres personajes, dos periodistas y un camarógrafo, que viajan desde Suiza a Portugal, donde se les sumara un joven nativo que habla muy bien francés, todo con el objetivo de poder registrar cuáles son los beneficios que obtienen ese país ayudado permanentemente por la siempre neutral nación de los relojes y los chocolates.
La historia esta ubicada temporalmente en 1974, en el momento que se produce la “Revolución de los Claveles”, el 25 de abril, que puso fin a la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar desde 1926, de la que nuestros héroes serán algo más que testigos.
La historia comienza cuando esos tres personajes son presentados entre si y enviados hacia esa misión periodística. Posiblemente ese primer tercio sea el menos importante en cuanto a logros de estructura narrativa o en relación al relato, pero si cobra importancia en la presentación de los personajes y en el tono que utiliza el director para hacerlo, ya que el mismo tono se mantendrá a lo largo de todo el metraje, resultando ser una muy buena combinación derivada en comedia dramática.
Tanto desde los sucesos que acaecen en esa realidad como los actos que producen los personajes y sus derivaciones, podría hasta sintetizarse diciendo que haber sido testigos de esos cambios sociales en Portugal les modifico el futuro individual soñado, lo que es sostenido por ellos desde una mirada ética y una postura moral.
A Lionel Baier, “La gran noticia” parece serle de utilidad y de vital importancia para decir lo que tiene que decir, poder centrarse en una época en la que parte de Europa comenzaba a lograr la anhelada libertad de palabra a partir del derrocamiento de las dictaduras. Recordemos que Francisco Franco moriría el 20 de noviembre de 1975, casi como un mostrarnos que esos logros se han ido perdiendo, pero ahora en manos de una dictadura económica.
En relación al texto fílmico, el mantenimiento en tono de comedia, con el entrecruzamiento con otros géneros cinematográficos, especialmente secuencias narradas desde el genero del musical que demostraría, con el riesgo que eso conlleva, la intención de poder expresar a partir del humor lo irónico, lo sarcástico, lo burlesco, por momentos muy Taif, temas como la libertad, los sueños mancomunados y los personales puestos en juego que abordados de otra manera podrían caer en la tragedia muy fácilmente, como decía Tato Bores, …“Lo cual sería un chiste si no fuera una joda grande como una casa”…
Claro que el plus con la que cuenta la producción, además de un guión claro y directo, son las actuaciones configurando un cuarteto con muy buena química, pero mejor ajuste y afinación, lo que ya es logro del director.