Graduación

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El aclamado director rumano regresa a los cines argentinos con un film descarnado e impiadoso sobre la realidad de su país.

Premiado ya dos veces de Cannes por 4 meses, 3 semanas, 2 días (ganadora de la Palma de Oro en 2007) y Más allá de las colinas (Mejor Guión y Actriz en 2012), Mungiu ganó como Mejor Director en la edición 2016 del principal festival del mundo con este film que describe las desventuras de un médico en crisis con su esposa que está obsesionado con que su hija apruebe los últimos exámenes y pueda aprovechar así una beca para estudiar en Londres (reniega de la sociedad de su país).

Pero, al mejor estilo Después de hora, de Martin Scorsese, todo empezará a salirle mal a él y a sus seres queridos: la adolescente es agredida sexualmente, su esposa está deprimida y quiere el divorcio, su anciana madre tiene problemas de salud, al protagonista le rompen los vidrios de su casa y del auto, atropella a un perro, unos fiscales investigan un caso de corrupción que podría salpicarlo y sigue la lista...

Graduación tiene una solidez narrativa y actoral que a esta altura no sorprende en el marco del nuevo cine rumano, pero la acumulación de infortunios y miserias personales parece desmedida en el escaso tiempo en el que transcurre la historia.

Ya había quedado claro que Mungiu quería demostrar que estos tiempos modernos de la Rumania poscomunista (capitalista) no son precisamente los mejores. Con un guión demasiado calculado, forzado y recargado, termina por minimizar los hallazgos de puesta en escena y la habitual solvencia de los intérpretes. No está mal, pero podría haber estado mucho mejor.