La gente del río

Crítica de Adriana Casas - EscribiendoCine

Microcosmo que retrata comportamientos universales

La historia de un pueblo pequeño que ha quedado estático en el tiempo se puede contar como la historia de una familia, a través de sus retratos en este caso retratos vivientes. El documental de Pablo Aparo y Martín Benchimol toma como pretexto la subjetividad Ernestina, un pequeñísimo pueblo de 150 habitantes a menos de dos horas de la Capital Federal al suroeste de la provincia de Buenos Aires, como punto de partida para contar un tema universal.

Como humanos compartimos historias, miedos, sensaciones que percibimos con la misma intensidad aunque los contextos puedan ser diametralmente opuestos como lo son la vida en un pueblo en contraste con la de una ciudad. La inseguridad y la paranoia son temas universales que un poblado poco habitado vuelve propicio para la observación antropológica de estos comportamientos que pueden ser similares a los de una metrópoli.

La amenaza de la gente ajena al pueblo, la gente del río (el extranjero), es el punto de unión de la comunidad, el hilo conductor del documental y un reflejo de la idiosincrasia argentina. La gente del río (2013) esta narrada como un cuento que toma sucesos menores para el ojo citadino- un robo al almacén o el incendio de la caseta de vigilancia- y las convierte, mediante un montaje de suspense, la subjetividad de sus personajes y el peculiar contexto del pueblo, en situaciones dramáticas. En la ópera prima de Aparo y Benchimol los opuestos son una constante: Viejo-joven, estático-dinámico, local-extranjero, bueno-malo, viejo- nuevo, seguro-inseguro, local - extranjero. El ambiente y el ritmo del pueblo está plasmado a través de los silencios que se sostienen entre frase y frase; planos que en otros documentales no suelen entran en el corte final.

La gente del río es un documental que muestra una Argentina poco conocida para los extranjeros, una Argentina con una terminología local que es compleja para los foráneos pero también lo puede ser para el porteño o habitante del conurbano que no suele aventurarse en el pampa bonaerense. Una Argentina representada en un personaje cuya sonoridad de las palabras e histrionismo a veces dece más que su significado. Este documental nos demuestra que el ser humano comparte reflexiones y patrones en menor y mayor escala. Al final el miedo que nos unifica como especie, la finitud de nuestra existencia, está latente en todas las latitudes.