La fuerza del amor

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Sentida biografía de una mujer admirable

El título original de esta producción francesa es «The Lady», como muchos birmanos llaman a su líder Aung San Suu Kyi. En algunas partes del mercado hispanohablante se la bautizó «Amor, honor y libertad», lo que dice bastante sobre su contenido, pero acá en el Cono Sur se la rebautizó de una forma todavía más adecuada: «La fuerza del amor». Y es que se trata de una historia de amor. Bastante distinta a las habituales, eso sí.

Para quien esté algo olvidado, Aung San Suu Kyi (o Yi) ha sido ejemplo de fortaleza y paciencia bajo una de las peores dictaduras del mundo. Su padre fue el hombre que, sin un solo tiro, le impuso al imperio británico la independencia birmana, por lo cual es considerado padre de la patria. Pero él, en cambio, recibió varios tiros a manos de un grupo de izquierda. Años después, una troika de generales impuso un duro régimen de «socialismo de Estado». A esa altura la hija del héroe se había ido a vivir a Occidente, era una graduada en Oxford con trabajo en la ONU y familia británica, pero, durante una visita a su madre, no tuvo más remedio que asumir el legado. La gente se lo pedía. Y la dictadura, que hubiera querido matarla, no tuvo más remedio que ponerla bajo arresto domiciliario durante 15 años, someterla después a otras presiones, y esperar que se doblegara.

La hostigaron, le impidieron recibir personalmente el Nobel de la Paz, asistir a su esposo enfermo de cáncer en Londres, ver crecer a sus hijos. Pero no se doblegó. Admirada y apoyada por grandes estadistas, desde Nelson Mandela para abajo, recién en mayo último recobró la plena libertad. Hoy es diputada , los grandes líderes la invitan, su partido se está afirmando como una esperanza de futuro.

Como la película se hizo el año pasado, no cuenta ese final, sino que se detiene en 2007, durante la llamada Rebelión de los Monjes. La verdad, un final como para salir del paso, lo más flojo junto a un par de lugares comunes propios de cualquier película biográfica similar. Pero el grueso de la obra es interesante, de buen ritmo, y resalta adecuadamente la admiración del marido por su esposa, el amor de ambos, obligados a quererse y ayudarse a distancia durante largos años, y, un poco menos, el amor de ella por su tierra.

Excelentes, Michelle Yeoh y David Thewlis. Muy buena la producción de Luc Besson, y de oficio la dirección del mismo Besson, supeditado a un libro de anécdotas más que de espíritu. Rodaje en Tailandia, Oxford y Londres.