La fraternidad del desierto

Crítica de Guillo Teg - El rincón del cinéfilo

Muchos años después de haber instalado en distintos países sudamericanos, entre ellos, la Argentina, y más precisamente en el desierto de la provincia de La Rioja, la fraternidad religiosa de los Hermanitos del Evangelio, cuyo creador fue Charles de Foucauld, se hace una revisión de la actuación de dicha agrupación en este film.
Ellos no sólo se distinguían de otras congregaciones por tener sacerdotes laicos que trabajaban como obreros, y se alojaban en viviendas muy precarias, en lugares desérticos, sino también por tener ideas políticas y revolucionarias muy alejadas de la doctrina tradicional de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Este documental dirigido por Iair Kon nos recuerda lo que pasó entre los años ´50 y los ´70, cuando irrumpió la dictadura militar.
Para saber no hay nada mejor que ir a las fuentes, consultar a los testigos y protagonistas de la historia, y para esa tarea, el realizador convocó al filósofo uruguayo Julio Saquero, quien actúa como una suerte de alter ego del director.
La cámara lo sigue hacia donde va, no sólo en el país sino también en Lucca, Italia, donde vivía Arturo Paoli, el sacerdote que en momento de la entrevista tenía 100 años, y fue la persona que trajo a la Argentina esas ideas ese modo de vida religioso.
El filósofo, que además fue uno de los integrantes de esa comunidad, charla con varios curas, activistas y otros colegas de aquella época.
La realización es una mera descripción de los acontecimientos, carente de emoción y pasión. La lentitud y parsimonia con la que transcurren las escenas hace anodino al relato. La reiteración de algunos datos, por boca de distintos personajes, impide que avance con fluidez la historia.
En definitiva, la producción transita por la medianía. No profundiza ciertos puntos fuertes del pasado que obligaron a la congregación a abandonar el país. La liviandad de la obra provoca cierta indiferencia y no va a quedar precisamente en el recuerdo.