La forma del bosque

Crítica de Alan Prince - CineFreaks

Terror argento.

Siempre es un placer ver cine nacional entre las propuestas trilladas de Hollywood.

La forma del bosque es la opera prima del director Gonzalo Mellid, quien inspirado en un sueño propio, y sus influencias del cine de M. Night Shyamalan, logró plasmar su idea con resultados satisfactorios.

Sumados a tintes de cuentos de hadas y cine slasher, la película cumple su prometido, intriga, sorprende y lo más importante hace ameno el relato.

Dividida en tres capítulos entrelazados a modo de introducción, nudo y desenlace, nada de ello hubiese sido posible -ni el resultado hubiese sido más satisfactorio- sin la garra y corazón de sus intérpretes, Cucho Fernández y Magui Bravi.

A medida que los relatos son narrados, el juego de cámara de Mellid nos hace olvidar sus influencias hollywoodenses, de a poco nos enseña sus propias reglas y su universo diferente para un género donde la originalidad cada vez es más escasa.

No sólo el filme busca aterrorizar al espectador, sino también plasmar un mensaje ecológico a través de la entidad del bosque, pero no voy a adelantarles más para evitar spoilers.

Si hay algo que debo objetar con respecto a la propuesta del director, que ya había experimentado con el cortometraje Cenizas en Buenos Aires, es la transición de un corto a un filme donde se notan por momentos algunos baches narrativos.

Si sos de los que se cansaron de ver las propuestas de siempre en cine, La forma del bosque es una opción ideal.