La forma del agua

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

Pura belleza, con o sin copia

Dicen que la película de Guillermo del Toro está copiada de una obra de teatro, también hay otra denuncia de plagio que sostiene que hay una escena similar a "Delicatessen" y además hay un corto holandés cuya idea básica junto a algunas imágenes indudablemente son un calco del multinominado filme del director mexicano. Sin embargo y pese a todo esto, "La forma del agua" es maravillosa de punta a punta. Desde el primer fotograma la película destila cine en estado puro, más allá de que la pureza se mancharía ante un supuesto plagio; pero nada puede evitar que el espectador se meta de lleno en esta historia. Es que a partir del minuto cero se ve la mano del realizador de "El laberinto del fauno" y "El espinazo del diablo", desde su pulso narrativo hasta la trama dramática, mixturada con algo de policial y, claro, un romanticismo mágico y poético. Una mujer muda es empleada en un centro de investigaciones del gobierno estadounidense en plena Guerra Fría. En ese lugar, escondido a la opinión pública, se encuentra un monstruo, cuya imagen remite al clásico "El monstruo de la laguna negra". La película juega con el encuentro de dos seres solos de toda soledad, que encuentran una compañía en medio de un mundo cruel. Es inevitable remitirse a "La Bella y la Bestia" y a "King Kong", por si le faltaban a Del Toro ideas en donde poder inspirarse. Con o sin copyright, verla es imprescindible.