La fiesta de las salchichas

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

Alegorías sobre sexo y religión

"La fiesta de las salchichas" trata sobre un embutido que emprende un viaje para descubrir la verdad sobre su propia existencia. Hilarante, incómoda, extremadamente desfachatada, esta película no nos cambiará la vida pero es una bocanada de aire fresco.

Cuando llega la hora de apertura del supermercado, los alimentos comienzan a cantar-rezar para que los seres humanos, dioses para ellos, se los lleven a "un lugar mejor". Una salchicha, Frank, no ve la hora de llegar a ese paraíso para meterse en medio de un pan para panchos de sexo femenino, Brenda. Dos alegorías sobre el tabú del sexo y la religión como mito, que derivarán en más chistes de ese tipo, muchas veces metiéndose en temas más duros humor negro, sexual, escatológico- pero siempre hablando sobre la intención de conocer "el más allá" y el cuestionamiento de qué es lo que les espera en realidad tras salir del supermercado a todos los creyentes. Será una mostaza devuelta a la góndola la que cree el caos y las dudas.

En tanto, un duchador vaginal que consume alcohol que echa la culpa a Frank y Brenda por no haber llegado al paraíso, los perseguirá cual "terminator".

Hilarante, incómoda, extremadamente desfachatada, "La fiesta de las salchichas" no nos cambiará la vida pero es una bocanada de aire fresco justamente por no tomarse nada en serio (ni siquiera su carácter de animación) y hacernos pasar un grato momento. El guión esta a cargo de un verdadero "dream team": Seth Rogen, Evan Goldberg y Jonah Hill.