La fidelidad

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Crónica de una devastación anunciada

La fidelidad (2016) es el nombre no sólo de este documental, sino de una estancia ubicada en pleno corazón del impenetrable chaqueño, que abarca 250 mil hectáreas y sobre la que recaen diferentes historias relacionadas con la avaricia, la depredación, la idiosincrasia argentina y personajes sencillos, otros oscuros, que el director Eduardo Yedlin detrás y delante de cámaras suma en este viaje por los recuerdos.
Al asumir el protagonismo, Eduardo Yedlin recupera en primer lugar la historia de su padre, ligada a la estancia “La Fidelidad” desde el punto de vista legal. Un rápido repaso sobre instancias en las que el lugar pasó de dueños que compraron en circunstancias poco legales esa tierra e hicieron de ella cualquier tipo de desastre también deja reflejada la indiferencia para con los verdaderos dueños de la tierra, los wichis y otros pueblos originarios, desplazados por el hombre blanco y mal asesorados a lo largo de las décadas en su constante lucha y reclamo de tierras.