La feliz: Continuidades de la violencia

Crítica de Violeta Bruck - La Izquierda Diario

La Feliz, fachos de ayer y hoy

Un plano aéreo presenta la reconocida costa marplatense. Las mismas playas y turistas que cada verano colman las pantallas de TV serán observadas en este caso desde otra perspectiva. Detrás de “la ciudad feliz” se descubre una historia de represión, torturas, persecuciones y xenofobia. Elementos que recorren la historia, con distintos protagonistas y continuidades en sus actos e ideas.

La feliz. Continuidades de la violencia de Valentin Javier Diment establece lazos y puntos de contacto entre dos momentos poco difundidos, la actuación de la CNU (Concentración Nacional Universitaria) en los años 70 y las intervenciones de grupos neofascistas en los últimos años.

Los primeros minutos de la película establecen su punto de vista desde el presente. Distintos entrevistados coinciden en que la composición social de la ciudad abarca un importante sector de fachos, conservadores y gente de derecha. Desde jubilados de fuerzas de seguridad o gente resentida porque la ciudad balnearia top de la "belle epoque" se transformó históricamente en un espacio popular. A su vez las voces destacan a Mar del Plata como una de las ciudades con más desocupación del país. Las imágenes acompañan un recorrido con decenas de pintadas con esvásticas y consignas fascistas y xenófobas en distintos puntos de la ciudad. El archivo muestra los comienzos del reciente juicio a 8 jóvenes de organizaciones neo-nazis y algunas de sus víctimas dan testimonio. En los últimos años se sucedieron agresiones a distintas personas, de grupos anarquistas, militantes de organizaciones por la diversidad sexual, inmigrantes, ataques a monumentos por la "Memoria, verdad y justicia", entre otros. Así, un imaginario que construye la idea de "ciudad feliz" es desmentido por la realidad.

Desde los primeros minutos el documental presenta a los entrevistados, que no serán solo quienes comparten el punto de vista del realizador, es decir militantes, abogados, integrantes de organismos de derechos humanos, amigos y familiares de las víctimas, sino también quienes se paran del otro lado. Al igual que en su anterior documental Parapolicial negro que recorre los orígenes de la triple A, Valentín Javier Diment se desplaza con audacia para entrevistar y poner en escena a diversos fachos convencidos y militantes.

Así Carlos Pampillón, referente de la derecha marplatense, y algunos abogados de neo nazis de ayer y hoy, entran en escena con una retórica convencida y sin matices que deja a las claras el pensamiento de derecha sin necesidad de dar más explicaciones. Sus críticos destacan el hecho que en la situación actual, con el intendente Arroyo, hay un ámbito propicio para el fortalecimiento de estos grupos.

La historia de la violencia para-estatal se va hilvanando entonces con el presente para descubrir tanto antecedentes como continuidades.

En diciembre de 1971 la CNU realiza su primer asesinato, una patota irrumpe en una asamblea de la Universidad de Mar del Plata y dispara, la víctima fatal es la estudiante Silvia Filler. Con este hecho se comienza a repasar la historia de esta organización con base en La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca principalmente. Se relata la historia e ideas de uno de sus fundadores e ideólogo Carlos Disandro y se descubre así como se transforma en la "pata universitaria" de la Triple A. En Mar del Plata se suceden asesinatos y persecuciones, y al igual que la banda de López Rega, la CNU tiene claro apoyo del estado, sus miembros ocupan cargos públicos y mantienen vínculos con la burocracia sindical. A partir de este primer hecho de 1971 la violencia crece y se recrudece hacia los años 74 y 75, para luego durante la dictadura, los mismos personajes de la CNU sumarse a los grupos de tareas y seguir activos. La situación particular de Mar del Plata es parte de un ataque general en donde se apunta especialmente a los sectores del peronismo combativo y la izquierda, siendo el PST uno de los blancos con múltiples atentados a locales y asesinatos.

Los relatos crudos de los representantes de la derecha actual dejan claro su identificación con este pasado. Los abogados de los jóvenes neo-nazis e integrantes de la CNU se ubican desde este ángulo, y Carlos Pampillón expone en cámara que "los desaparecidos son una mentira", "los 30 mil un invento y está comprobado", expresa además "toda la solidaridad con los miembros de la CNU que fueron condenados", en relación a Demarchi responsable de la CNU en Mar del Plata y condenado a cadena perpetua, y afirma que "por lo poco que leo si yo hubiese vivido en esa época hubiese estado en ese bando seguramente". Las continuidades están expuestas por los propios protagonistas.

Desde el lado opuesto, otro testimonio se destaca por su fuerza y contundencia. Son las palabras de Marta García de Candeloro, sobreviviente de "la noche de las corbatas", un operativo en julio de 1977 donde secuestraron en Mar del Plata a siete abogados y sus familiares, once personas en total, fue realizado por los militares y con participación de miembros de la CNU. En su recuerdo se repasa el sufrimiento de todas las víctimas y el accionar atroz de los asesinos y torturadores. Sus palabras resuenan desde hace tiempo en juicios y actos condenando a todos los responsables.

Las primeras condenas a la CNU fueron en Mar del Plata, con la sentencia a Demarchi y otros responsables. En los últimos años varios miembros de la CNU fueron condenados en el juicio realizado en La Plata, entre ellos Carlos "el indio" Castillo, y por otro lado Juan José “Pipi” Pomares, otro responsable probado y funcionario del gobierno del intendente peronista Alak fue absuelto.

La película combina los valiosos testimonios con un detallado trabajo de archivo y escenas de reconstrucción al estilo de "clima de época", así dos intérpretes de la patota apuntan sus pistolas a cámara y disparan a distintos rincones. La feliz. Continuidades de la violencia , es parte también de la escasa producción audiovisual sobre el período. Así como se han realizado decenas de trabajos sobre el accionar de la dictadura militar a partir de 1976 existen muy pocos que aborden la violencia para-policial apoyada desde el estado de los años previos.