La familia Monster

Crítica de Alina Spicoli - Cinergia

Hechizados

La familia Monster (Happy Family, 2017) es una película animada dirigida y producida por el alemán Holger Tappe. Está basada en la novela “Una familia feliz” de David Safier, que fue publicada en 2011. Las voces originales de los protagonistas son de Emily Watson, Jason Isaacs, Jessica Brown Findlay, Nick Frost y Ethan Rouse.

La historia se centra en Emma, esposa de Frank y madre de la adolescente Fay y el pequeño Max. En esta familia hace bastante que las cosas no funcionan como deberían: no son felices juntos ya que Frank se la pasa en el trabajo, sin tener tiempo de estar en el hogar, a Fay le va mal en la escuela, vive culpando a su madre por todo y se pelea cada dos minutos con su hermano y Max es incomprendido por ser nerd, lo que lo lleva a sufrir bullying. Queriendo volver a pasar buenos momentos en familia, Emma decide organizar una salida peculiar: ir disfrazados a una fiesta de Halloween. Para su disfraz de vampira se comunica (sin saberlo) con el verdadero Drácula y éste queda enamorado de ella, tanto es así que la quiere sólo para él por lo que le pedirá a la bruja Baba Yaga que con un hechizo la transforme en una vampira real. En la salida familiar las cosas no salen como Emma las había planeado. Al ver las vidas tan miserables que lleva cada uno, Baba Yaga decide convertir a los cuatro en los monstruos de los que se habían disfrazado. Ahora Emma es una vampira, Fay una momia, Max un cachorro de hombre lobo y Frank tiene la piel tan verde como Frankenstein. La familia deberá encontrar la forma de revertir el hechizo y volver a la normalidad.

En esta producción alemana abundan los colores brillantes y buena animación, que aunque no llega a ser ni por asomo como la de Illumination o Disney – Pixar, los niños seguramente la disfrutarán. A los que les va a parecer súper tediosa es a los adultos: la película se queda sin ideas a mitad de camino por lo que los mensajes de la unión familiar se repiten hasta el hartazgo, de una forma que debido a su guión no da para pensar en profundidad. Sólo dura una hora y media, sin embargo se hace muy larga porque se nota que el director no tuvo bien marcado su camino a seguir. Una vez que el objetivo de la familia consiste en hallar a la bruja para que los vuelva a convertir en las personas que eran, las situaciones se vuelven más y más absurdas. La aparición de un faraón malvado que se transforma en un insecto gigante o el plan de Drácula de congelar al mundo porque “el no tiene amor verdadero así que nadie lo tendrá” son sólo algunas de las partes bizarras que hay que soportar.

La música queda muy forzada ya que en cada momento que se utiliza se decidió musicalizar a un nivel más alto para causar “emoción” o “peligro”, sensaciones que no llegan al espectador. Los personajes desde un principio están mal desarrollados, son tan planos que sólo los niños pequeños pueden llegar a interesarse en sus aventuras. Además resulta insoportable que en cada escena del padre se utilicen sus flatulencias para causar risa.

La familia Monster tenía buenas moralejas para aportar pero falla a la hora de su ejecución.