La extraña vida de Timothy Green

Crítica de Ximena Brennan - EscribiendoCine

El niño con hojas en las piernas

Disney con sus películas conserva la premisa de que lo mágico existe y de que todo es posible. En La extraña vida de Timothy Green (The Odd Life of Timothy Green, 2012), el relato es un “cuento asombroso” (como diría Steven Spielberg) que posee las marcas clásicas, pero que esta vez gira en torno a la esperanza y la lucha por ser padres.

Cindy (Jennifer Garner) y Jim (Joel Edgerton) son una pareja felizmente casada que se gana la vida en una famosa fábrica de lápices del condado. Ambos atraviesan el difícil momento de no poder tener un hijo pero, a pesar de todo, juegan a ser padres en medio de llantos e ilusiones. Sorpresivamente aparece Timothy (CJ Adams), un extraño chico enviado por la madre naturaleza que los hará descubrir el mágico mundo de cuidar a un niño.

Como ya es sabido las historias de Disney son bastante lacrimógenas. Este es el caso, pero lo que realmente resalta en la película, es que los personajes desean constantemente convencer al espectador de que son capaces de criar a un niño. El film tiene su base en el relato que Cindy y Jim cuentan su experiencia con Timothy a dos empleados de una entidad de adopciones. A partir de allí todo se convierte en un gran flashback que detalla el paso del chico por la vida de esta pareja.

Y si de guiños característicos se habla, el director se permitió jugar (como si fuera también un chico) con el apellido de los personajes: la palabra “Green” que significa “verde” en español remite a las plantas, los árboles, las flores, y Timothy proviene de todo ello. Aquí tanto el director Peter Hedges como Disney le declaran su amor a todo lo que sea puramente natural, con la clara alusión de que la naturaleza es sabia.

Una película que conmueve con actuaciones sólidas que se adaptan bien a una historia melancólica pero esperanzadora, con el fin de verse en familia por su mensaje, digno de la factoría Disney.