La experiencia judía, de Basavilbaso a Nueva Amsterdam

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

La idea de esta película parte desde una imagen que proviene de la infancia del autor y que está relacionada a una visita que el mismo hiciera a Basavilbaso, el pueblo de origen de su padre, a partir de lo cual cuestiones referentes a su propia procedencia comenzaron a interpelar su fibra íntima.

Casi dos décadas le llevó al realizador concretar este film y es por ello que, a partir de este disparador, “La experiencia judía” intenta desandar el camino de una imagen que permaneció en forma de interrogante acerca de la identidad, la procedencia y el desandar el camino acerca del exilio judío, la diáspora que terminó haciendo de esa huida su asentamiento.

Estos recuerdos de viejos tiempos se instalaron en su memoria, permaneciendo hasta hoy, cobrando vida en la travesía concretada en “La Experiencia Judía”. Según la mirada del autor, aún existen lugares remotos que el mundo globalizado desconoce afortunadamente, y en aquellas locaciones el realizador reconstruye la historia acerca de la llegada de la comunidad sefaradí que huyó de la Inquisición hacia la selva de Surinam.

En la obra de Kohan existe una indagación que se manifiesta a través de dos temáticas primordiales. Por un lado, del espacio y el lugar que cada uno se hace para sí y , por otro lado y en consecuencia, la posibilidad de que se pueda a partir de dicha conquista inspeccionar acerca de uno de forma más profunda, como el autor ya había plasmado en “Lluvia Cósmica”; film de su factura.

Resulta paradójico examinar la convivencia de la comunidad con los indígenas que poseen una idiosincrasia africana como Surinam. Igualmente sorprendente, todo lo que ocurre en el rodaje en locaciones de Brasil nos remite a personas que hoy en día dudan de su procedencia, tienen costumbres judías y son todos descendientes de aquellos perseguidos que escaparon Inquisición.

Resulta atractivo el trabajo de investigación previo que formó parte del proceso de gestación del film, se nota aquí muy intuitivo al autor en hacer una lectura pormenorizada de cada locación y potenciales protagonistas que intervendrán, como sobrado ejercicio de cine documental. En este sentido, “La Experiencia Judía” se torna una película reveladora: una historia tan desconocida como la presencia judaica en lugares tan inhóspitos y remotos invita a despertar nuestra curiosidad.