La experiencia judía, de Basavilbaso a Nueva Amsterdam

Crítica de Jesica Berman - Fancinema

SOMOS LO QUE HACEMOS CON LO QUE HICIERON DE NOSOTROS

Asimilación, persecución, exilio, son los grandes temas que atraviesan la historia del judaísmo. Es inevitable para un creador no incluir acontecimientos que influyan directamente en su vida personal, y como también en el caso de La experiencia judía, de Basavilbaso a Nueva Ámsterdam, familiar.

El documental que inicia Miguel Kohan desde Basavilbaso, Entre Ríos, tierra donde sus antepasados trabajaron los campos y él fue criado, surge como idea a partir de una reunión con Mordechai Arbell, un historiador autodidacta israelí, que se ha especializado en la investigación sobre la diáspora sefardí que escapó a América de la Inquisición en la Península Ibérica en 1492.

A partir de este momento clave en la historia judía que el mismo Arbell desarrolla, narrando en campo o en voz en off en otras secuencias, el realizador emprende un viaje en busca de las distintas comunidades judías que habitaron América a partir del Siglo XV, lugares en cuales los exiliados lograron asentarse.

El primer destino es la sabana judía, en Surinam. Donde los judíos sefardies crearon una comunidad durante 80 años gracias a las alianzas que establecieron con los indígenas locales en la selva. Desde allí, Kohan se traslada a San Eustaquio, isla caribeña donde, luego de la persecución, los judíos desarrollaron el comercio de la región y favorecieron la independencia de Estados Unidos con la ayuda de la venta de armamento que habían traído desde Europa. Después a Jamaica, donde se han descubierto cementerios pertenecientes a la religión con fechas del 1500 e investigadores jóvenes dedican años estudiando acerca de quienes habitaron ese país en aquel tiempo. Volviendo atrás, algunos judíos que escaparon de España y Portugal logrando establecerse en Brasil tras las persecuciones europeas, debieron exiliarse posteriormente en Nueva York por la Inquisición portuguesa que tomará en particular la ciudad de Recife. En Nueva Ámsterdam, Nueva York, fundan la comunidad judía del estado norteamericano.

Cada ciudad recorrida está empapada de largos planos e imágenes frescas y espontáneas de sus actuales habitantes. Este documental en primera persona que, a través de sus narradores, va trazando los recorridos de este mapa, posee una profunda investigación acerca de las Inquisiciones ocurridas en España y Portugal durante la caída de la Edad Media, acontecimiento atroz que, gracias a este estudio histórico y cinematográfico que realiza Kohan, logra reconstruir identidades. Luego de siglos de persecuciones y genocidios, en ciudades del continente americano donde parece que el tiempo se detuvo, existe un ritual, una ceremonia que mantiene viva la tradición: el Shabat.

El descanso pone un punto final a lo ocurrido durante los últimos seis días, nos conectamos con nuestro ser, con lo más sagrado, despojando todo lo material para que al día siguiente podamos volver a comenzar. Deja atrás el pasado, sin olvidarlo, y nos prepara para el futuro, lo que vendrá. Nos identifica principalmente con la judeidad: se celebró a escondidas durante la Inquisición y en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. En nuestros días se celebra en libertad. Todos los viernes tienen un significado especial.

La experiencia judía, desde Basalvibaso a Nueva Ámsterdam desentierra lo que estaba muerto, hace visible lo que se escondía bajo capas y capas de hojas, también de basura. Dice lo que antes permanecía en silencio, da identidad a lo que estaba desconocido.