La espía roja

Crítica de Manuel Esteban Gaitán - Conexión Cultural

Estrenada recientemente en las salas argentinas, La espía roja es la nueva película del director de cine y teatro británico Trevor Nunn, realizador de largometrajes como Lady Jane (1986) o Noche de reyes (1996), entre otros. Cuenta con guión de Lindsay Shapero y las actuaciones de la veterana actriz inglesa Judi Dench, la joven Sophie Cookson y otros reconocidos como Stephen Campbell Moore.

En La espía roja Nunn nos traslada hasta el año 2000 para narrarnos la historia de Joan Stanley (Dench), una anciana de aspecto apacible, que repentinamente es sospechosa de proporcionar información a la Rusia comunista en las décadas del 30′ y 40′. Una vez llevada al interrogatorio, los recuerdos vienen a la mente de Stanley, quien comienza a recordar sucesos del año 1938, cuando era joven (aquí interpretada por Cookson) y estudiaba física en Cambridge, y la forma en que empieza a relacionarse con dos jóvenes comunistas; primero con Sonya Galich (Tereza Srbova), que pasará a ser su mejor amiga, y luego con su primo Leo Galich (Tom Hughes), con quien tendrá un romance. Posteriormente formará parte del servicio secreto británico, dedicado a la investigación nuclear durante la segunda guerra, conociendo allí a Max Davis (Stephen Campbell Moore), un hombre un tanto más grande que ella con quien se termina involucrando. El dilema se planteará en torno a, si traicionar a su país enviando información a los rusos para evitar una catástrofe nuclear tras los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki, o mantenerse al margen.

La historia de La espía roja está basada en la vida de Melita Norwood, la espía británica que estuvo más tiempo al servicio de la KGB. Si bien en parte el filme respeta ciertas cuestiones y sirve desde una perspectiva histórica, también ha sufrido modificaciones que quizás se podrían haber evitado y que hacen cuestionarlo desde lo fidedigno. No obstante, en los momentos que se narran los acontecimientos de Joan Stanley en su juventud, la cinta se desarrolla con una dinámica acertada y si bien hay pasajes que se desvían al romance, Trevor Nunn logra retomar el camino histórico. La actuación de Sophie Cookson puede decirse que es lo más sobresaliente de la película, dotando de los rasgos necesarios al personaje en cuestión, siendo ella la responsable de llevar la trama sobre sus hombros. Por el contrario, los momentos en que Dench aparece en pantalla no son los mejores, no tanto por culpa de la veterana actriz, sino por la falta de fuerza narrativa que se percibe, y por la forma extraña en que se relacionan la actualidad con el pasado, sumado a un final no del todo convincente.